Mons. Barba: A imagen de San Luis, hacer visible el amor de Dios

  • 25 de agosto, 2021
  • San Luis (AICA)
Con una misa presidida por el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, la comunidad celebró las fiestas patronales en honor de San Luis Rey de Francia.

El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, presidió en la mañana del 25 de agosto en la catedral, una misa en honor del santo patrono de la diócesis, San Luis Rey de Francia.

Asistieron a la celebración el vicegobernador de la provincia, Eduardo Gastón Mones Ruiz; el intendente de la ciudad, Sergio Tamayo, demás autoridades del gobierno provincial, municipal y del Concejo Deliberante, abanderados de la Escuela de Policía, del Ejército, agrupaciones gauchas, dos representantes de cada institución y movimientos de la Iglesia, y fieles en general.

En su homilía, monseñor Barba destacó: “Celebramos hoy a un gran santo cuyo nombre dio impronta identitaria a la ciudad pequeña, que en medio del camino nacía rodeada de incertidumbre. No hay datos documentales de cómo fue aquel acto primero, tan solo el nombre del Rey Santo es la única certeza que dio existencia a la ciudad al poder nombrarla. ‘San Luis de Loyola Nueva Medina del Río Seco’, fue su nombre completo”, recordó.

En la Palabra de Dios, destacó el prelado, “encontramos la voz del mismo Dios que se ha revelado”. Por eso, consideró, “es tan importante dar lugar en nuestra vida a la lectura, oración y meditación de La Palabra. Dejar que Dios nos siga hablando y diciendo a través de ella”

“Cuánto bien nos haría que, en todas las parroquias, en la catequesis den el lugar que le corresponde a la Palabra… de tal manera que la Biblia esté en las manos de cada niño, de cada familia, para luego, poder estar en sus corazones y en sus acciones cotidianas”, anheló.

“San Luis, Rey de Francia, ha sido educado cristianamente por su madre Blanca de Castilla, quien dejó huellas imborrables en su corazón que hicieron que su vida tuviera esa luz de santidad que iluminaba sus acciones, claramente inspiradas en la Palabra de Dios. Construyó su santidad no solo por sus grandes virtudes, sino por el modo en que amó a su pueblo al que gobernó con justicia”, destacó.

“San Luis, aprendió muy bien la lección de su madre quien le transmitió la Palabra y él la puso por obra. Hoy, él nos enseña a seguir el ejemplo del camino marcado con su vida. Dejar en libertad a los oprimidos, romper yugos, dar pan al hambriento. Cada una de esas realidades son ‘lugares de Dios’. Son una oportunidad para salir a su encuentro y, para vivir la fe y no solo para declamarla como una expresión abstracta que no toca la vida real y cotidiana”, aseguró.

“¿De qué me serviría decir que amo a Dios si no soy capaz de amar al prójimo?”, planteó el obispo. “Tarea que no tiene fin. Que se actualiza día a día. La fe debe encarnarse, sino se transforma en mera ideología”, animó.

“San Luis rey, supo hacer de esas acciones, una realidad cotidiana. Y por eso la Iglesia, posteriormente lo ha reconocido y nos lo pone como ejemplo e intercesor al reconocer su santidad”.

“Caminamos hoy y somos parte de una sociedad que muchas veces camina a espaldas del mismo Dios. O se olvida de Él como si fuésemos autosuficientes”, lamentó el obispo, animando a “ser vivos actores en la construcción de un mundo nuevo. Hacer presente la vida que brota de Dios y que nos anima. Debemos ser testigos de esta Buena Nueva. De esta Buena Noticia de la salvación”.

“Como lo hacemos cada 25 de agosto, venimos a agradecer, venerar y a encomendarnos a nuestro santo patrono, que dio nombre a nuestra Provincia. Hacer memoria de él en esta liturgia nos anima y alimenta a seguir sus pasos que no son otros sino, los de seguir los pasos de Jesús. Atento a nuestra época e historia propia. A hacer vivo el Evangelio hoy en tierras sanluiseñas”. 

“Nuestro anuncio no solo debe darse como palabra proclamada, como fe que se defiende de ataques externos, sino como testimonio vivo del amor de Dios que nos ha sido dado y nos llama justamente a hacerlo vivo y presente en el mundo”, exhortó.

“La santidad no es un status o privilegio de unos pocos, ni una tarea imposible. La santidad es un proceso… un camino hacia Dios que se va construyendo en la medida que dejamos que Dios vaya transformando nuestros corazones. Luego, esa misma santidad se verá reflejada en las acciones”, sostuvo.

Finalmente, pidió la intercesión de San Luis rey, “para que hoy, cada uno de nosotros y en nuestras propias realidades hagamos visible el amor de Dios que nos lleve a construir un mundo distinto, una sociedad de hermanos, que vaya preparando nuestro gran y definitivo encuentro, junto a todos los santos en la casa del Padre, allí donde ya no habrá ni llanto, ni dolor, ni muerte”.

Finalizada la misa, se realizó una procesión con la imagen del santo por las calles del centro de la ciudad. Se trata de la primera procesión por la ciudad en honor de San Luis Rey que encabeza el obispo Barba, debido a que el año pasado, a raíz de la pandemia, se realizó dentro del templo.+

» Texto completo de la homilía