Mons. Mestre: Una verdadera actitud y convicción de fe
- 7 de julio, 2021
- Mar del Plata (Buenos Aires)
En su reflexión para el 14° domingo durante el año el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre acudió a sus habituales tres puntitos para sintetizar el Evangelio según San Marcos.
Rebelde, fe y gracia fueron las tres palabras que el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, utilizó esta semana para sintetizar el Evangelio del 14° domingo durante el año con sus habituales tres puntitos.
Un corazón rebelde y endurecido
En el primer punto, el prelado hizo referencia al “pueblo rebelde”, expresión que también se ve reforzada por “hombres obstinados y de corazón endurecido”. Monseñor Mestre explicó que aquí Jesús anticipa la actitud de los hombres: “Ser rebelde es mucho más que una simple reacción de desobediencia a una norma. La rebeldía se define muy bien con esto de tener el ‘corazón endurecido’ que no le permite a la persona abrirse a Dios y a su proyecto”.
Que la admiración se transforme en fe
Seguidamente, el obispo marplatense mencionó que la Buena Noticia se trata de “que el asombro y el maravillarse por los milagros del Señor no quede solo en eso, sino que sea puente, vehículo, para crecer más en el camino de la fe”. Las maravillas del Señor continúan hasta hoy y dijo que también se manifiestan en los milagros cotidianos, como en “la reconciliación de dos personas, la conversión del corazón de un hermano, el optimismo y las fuerzas de una familia en medio de la adversidad, en la consagración del Pan y el Vino en la Eucaristía”. Para monseñor Mestre, “sólo hay que saber mirar para que de la admiración y el asombro pasemos a una verdadera actitud y convicción de fe”.
Te basta mi gracia
Finalmente, habló de la segunda lectura. San Pablo “nos enseña a aceptar e integrar nuestra propia debilidad en una dinámica auténticamente espiritual”, mencionó y detalló que “la espina clavada en la carne de Pablo puede ser cualquiera de nuestras dificultades, dolores o pecados: pasados o actuales, puntuales o crónicos, visibles o imperceptibles para los demás, más o menos graves…”. Por eso, la cita “te basta mi gracia”, explica “que el poder de Dios triunfa en nuestra debilidad”.+