La diócesis de Rafaela tiene un nuevo sacerdote

  • 25 de junio, 2021
  • Rafaela (Santa Fe) (AICA)
El obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió el 24 de junio la misa de ordenación sacerdotal del joven Alexis Cardo, oriundo de Humberto Primo.

Con una misa presidida por el obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, el 24 de junio, solemnidad de San Juan Bautista, en la catedral San Rafael, recibió la ordenación sacerdotal el joven Alexis Cardo.

Al comienzo de su homilía, el obispo agradeció a la familia de Alexis, "siempre presentes acompañando su vocación"; a la comunidad de la parroquia Santa Margarita Reina, de Humberto Primo, "que tantas vocaciones va dando a la Iglesia diocesana", y especialmente a Dios "que en este estado de asamblea diocesana al celebrar los 60 años de la diócesis, nos concede esta gracia de la ordenación sacerdotal".

Haciendo referencia a la liturgia, monseñor Fernández destacó que el sacerdocio ministerial "es inmensamente significativo”. Con la ordenación sacerdotal, afirmó dirigiéndose al nuevo sacerdote, "desde hoy tu sentido de pertenencia y de relación, no estará desde ahora solo vinculado a tu familia, a tus amigos y a la sociedad, sino fundamentalmente, al sacerdocio de Jesucristo y a su esposa la Iglesia".

"El orden sacerdotal que hoy recibís al constituirte en 'otro Cristo' es lo que te llevará a sentir cada día más el ir en búsqueda de los hermanos", aseguró, y advirtió: "El ministerio sacerdotal no puede ni aún en tiempos de 'distanciamiento y cuarentenas' como el que estamos viviendo, replegarse en el aislamiento o ensimismamiento que anestesia y adormece apagando la misión".

El sacerdocio ministerial, agregó, "se vive para 'acompañar, compartir y dar vida'. Y aunque puedas vos también como Jeremías y San Juan Bautista parecer demasiado joven y vulnerable, no dudes que contarás con la ayuda de Dios, como proclamó recién la Sagrada Escritura: 'Irás donde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene'".

"Estás llamado a mantener viva la esperanza en tiempos difíciles de angustia y tristeza que desanima. Has de 'contagiar la esperanza' que se nutre y se fortalece en el encuentro con los demás", animó.

Y aunque advirtió que "cuando a veces se cierran los horizontes y las respuestas humanas no alcanzan, se pueden perder los caminos y la desorientación puede llevarnos  a la angustia sin salida"; recordó que "el ministerio sacerdotal de Cristo aparece con la sencilla humildad y claridad de quien posee el 'poder', no de este mundo, sino el que tiene su origen en la sabiduría y bondad del Padre".

Recordando el Concilio Vaticano II, el prelado aconsejó: "Que el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de todos los afligidos; sean también tus gozos y esperanzas, tristezas y angustias tuyas, que vivas en tu ministerio unido al sacerdocio de Cristo, para quien nada de lo verdaderamente humano le fue indiferente, sino que por el contrario, resonó profundamente en su corazón de Buen Pastor, como proclamaba el Evangelio: 'Yo soy el Buen Pastor conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, y yo conozco al Padre y doy mi vida por  las ovejas'".

"Por eso Alexis, como Jesús, 'escuchá y mirá' mucho a la gente, palpá con tu disponibilidad y cercanía el dolor del pueblo y que el distanciamiento que nos toca vivir hoy, nos ayude también a expresar la presencia de Dios, invisible pero más nuestro que nunca, que a través de tu ministerio seguirá dando la vida y ofreciéndose por los hermanos, animando y compartiendo".

"Tu ordenación -manifestó el obispo- llega en un instante único de la humanidad que te pide 'todo', no lo que a vos te parece o más te gusta, o lo que solo aprendiste pastoralmente para un determinado tiempo, sino el desafío de esta 'nueva época de la historia', que reclama la totalidad de nuestra entrega, para que el Señor salve también este tiempo nuevo que ha traído la pandemia". 

En medio de esta tormenta, llamó a reconocer "que no es nuestra persona el 'centro y la solución', somos simples 'instrumentos' que tenemos en cada jornada que confiarnos totalmente al Señor para ser verdaderamente 'presencia viviente del Dios de la historia caminando junto a su pueblo', 'escuchando y bendiciendo'".

"No estás llamado para cerrar puertas o posibilidades, para poner limitaciones o quedarte murmurando y entristecido como aquellos discípulos de Emaús que andaban desilusionados y caídos, porque esperaban otra cosa; Dios te cambia los planes y proyectos y te llama para darle un nuevo sentido a la historia en los acontecimientos que nos toca vivir cada día. Recuerda que ninguna circunstancia está privada de su Gracia, que vos ahora pastorearás como sacerdote". 

"Estás como Cristo para anunciar a las mujeres y los hombres de hoy un nuevo día capaz de cuestionar la quietud y la resignación, movilizando los dones que Dios pone en medio de las pruebas, y que son los más fecundos para la construcción de nuevas comunidades".

"Alexis, ahora vos también como Juan el Bautista y los profetas, evangelizá como 'centinela de la aurora' de este nuevo milenio (como le  gustaba decir a San Juan Pablo II), ayudá a los jóvenes para que vivan este nuevo tiempo con ánimo y corazón grande, porque anhelan salir de 'siempre lo mismo' para no ser una simple 'fotocopia' como decía el  joven beato Carlo Acutis, que entregó su vida alegre y comprometida con solo 15 años de edad".

"Llevás en tu corazón la fuerza y vida nueva del Resucitado, es el futuro que resuena e irrumpe en el hoy de nuestra historia; serás su instrumento, su portavoz, su presencia, realista y creativa imaginación capaz de abandonar la lógica de la 'repetición, sustitución o conservación'. La Iglesia te invita a instaurar un tiempo nuevo, el 'tiempo del Señor'".

"Acompañá, cuidá y seguí vendando heridas de nuestro pueblo, al que reconocés y amás en los más olvidados y pobres. Ofrecé siempre desde tu ministerio el perdón que se hace misericordia, consuelo y alivio verdadero para la sufriente humanidad. No pierdas la capacidad de sorprenderte del pueblo sencillo que ha de seguir templando y formando tu corazón de buen pastor, para dar vida plena".

"La Resurrección de Cristo que vivís y anunciarás, no conoce fronteras, como dice el papa Francisco: 'Es la resurrección la que nos lleva y nos hace creativos para meternos en la realidad, donde la esperanza y la vida están en lucha, donde el sufrimiento y el dolor se vuelven espacio propicio para la corrupción y la especulación, donde la agresión y la violencia parecen ser la única salida'". 

"El Señor hoy te entrega el orden sagrado del sacerdocio, que transformará tu vida, te hará Eucaristía, el pan que se parte y comparte y nos entrega a su pueblo", concluyó, deseando "que el ministerio sacerdotal que recibes de Cristo sea ese óleo perfumado con el que serás consagrado, que pueda propagarse por toda la diócesis y en comunión con el presbiterio salgas a compartir al cruce de los caminos por los que Dios te lleve a lo largo de tu vida".+