Mons. Aguer lamentó que prime el "vértigo informativo" sobre la verdad

  • 3 de junio, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
"No es necesario ese vértigo informativo porque muchas veces es lo que impide comprender exactamente de qué se trata y poder crearse un juicio acerca del acontecimiento del que se está hablando", dijo

Monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata y académico de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, afirmó que existe un “vértigo informativo” pero “no interesa la verdad”, en su reflexión en el programa televisivo Claves para un Mundo Mejor. 

“Hoy existe una especie de vértigo de la información donde la información tiene que venir al momento. A modo de boutade podemos decir que la información llega antes de que el hecho ocurra”.

“Resumiría diciendo así: no interesa la verdad. Y en el tema de la información y de la formación la verdad es fundamental. Esto es saber cómo son las cosas, qué es lo que ha ocurrido, qué sentido tiene lo que ha ocurrido y para eso hace falta una gran sinceridad. Lo primero es despojarse del ideologismo, despojarse de los prejuicios, de los preconceptos, y no querer imponer al entrevistado o en el programa lo que uno no piensa”.

El arzobispo opinó que "no es necesario ese vértigo informativo porque muchas veces es eso lo que impide comprender exactamente de qué se trata y poder por un momento, en ese instante, crearse un juicio acerca del acontecimiento del cual se está hablando, se está refiriendo”.

Asimismo, consideró que esa ideologización proviene, en parte, “de la formación que se recibe en las Facultades de Periodismo” y de la “situación social en la sociedad de hoy donde no interesa mucho la verdad.

"El subjetivismo, la autorreferencialidad, se imponen sobre lo que indican lo que son las cosas como la verdadera naturaleza del hombre, su destino, su caminar. Estas cosas no pueden ser manipuladas de cualquier manera”.

Por otra parte, monseñor Aguer manifestó que “aquí el periodismo tiene este problema o esta falla. Ustedes miran estos programas y creo que tienen que tener en cuenta algunas cosas: ¿Qué es lo que se está diciendo? ¿Cómo puedo yo asumir lo que se está diciendo? ¿No me están queriendo masajear el cerebro? ¿No están pretendiendo que yo acabe pensando lo que él dice?"

"Me parece que ahí está la cuestión”, concluyó.+