Mons. Dus: "La misericordia, una experiencia del amor de Dios"

  • 31 de mayo, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Resistencia destacó la experiencia de la misericordia como don gratuito de Dios y agradeció al papa Francisco por haber establecido el ministerio laical de catequista.

El arzobispo de Resistencia y presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y Animación de Pastoral Bíblica, monseñor Ramón Alfredo Dus, destacó la importancia de la misericordia de Dios y agradeció al papa Francisco haber establecido el ministerio laical de catequista. 

El prelado adelantó que la comisión episcopal que preside enviará mediante la nunciatura apostólica un agradecimiento especial al Santo Padre, por ese reconocimiento a los catequistas.

“Con este ministerio se invita a poner al laicado en un servicio reconocido especialmente”, valoró en declaraciones al programa “La Hora de Francisco”.

“Además, se pone en relieve, se resalta y valora, esa tarea inmensa que hacen los catequistas en las parroquias y en las diócesis. Y, sobre todo, la labor enorme de catequistas mujeres que ayudan y construyen la Iglesia”, añadió.

El arzobispo chaqueño también agradeció y reconoció a los comunicadores por “el servicio de comunicación y por la difusión de las semillas del Evangelio que ayudan a formar esta cultura del encuentro entre nosotros”. 

Al ser consultado por el periodista Adrián De Angelis sobre qué es la misericordia, monseñor Dus respondió: “La misericordia, como experiencia, es la primera realidad que debemos buscar los obispos, los sacerdotes y los catequistas. Todos estamos necesitados realmente de este amor de Dios, que es como dice el papa Francisco, gratuito para todos e inmerecido. La misericordia es también incondicional, es amor misericordioso, un estado especial para que Dios anide en nuestros corazones o anime nuestros vínculos”.

“Es esa conciencia del amor que se nos adelanta y que también nos mueve cuando lo experimentamos en nuestra vida, sobre todo cuando vivimos nuestros límites y a veces, justamente, mordemos nuestras debilidades, nuestras malas experiencias, o los sueños que no podemos alcanzar”.

“Cuando vemos esta realidad, la puerta que se nos abre para decir dónde pongo mi mirada o dónde realmente me apoyo para seguir adelante, es en el amor de Dios, que justamente está ahí. Las malas experiencias o los errores nos ayudan a experimentar la grandeza del amor de Dios que es incondicional, inmerecida y gratuita”, completó.

Monseñor Dus recordó que “Francisco repite tan hermosamente en Fratelli tutti la parábola del buen samaritano, en el que el camino sagrado para ir a Dios, es el amor de compasión que tuvo el samaritano con el hombre tendido al borde del camino”. 

“Este samaritano refleja el amor misericordioso de Dios, es un corazón que se compadece, se baja, carga también el peso y las heridas del hermano que encuentra y ayuda a rescatarlo y a revivirlo. En ese mismo ejemplo está también el mensaje de la misericordia”.

“La misericordia en el fondo es más que un concepto, es una experiencia del amor inimaginable que Dios nos tiene, más allá de nosotros mismos. Y cuando somos conscientes de ello, nos hace renacer y caminar en la vida con una seguridad en este Dios que no nos condena nunca, nos acompaña, nos perdona, nos auxilia, cura nuestras heridas y nos ayuda a saber que es un compañero de camino ahora y para toda la vida”.

“Esta experiencia de la misericordia no la podemos abarcar con los conceptos. Es la experiencia del amor de Dios que nos ayuda un poquito a entender cómo obra Dios en nuestros corazones y en toda la gente. Nos da una mirada distinta, universal, abierta, acogedora, realmente nos pone en esta cultura del encuentro hacia los demás con una actitud en salida. Realmente nos convierte en una Iglesia que sale al encuentro”, concluyó.

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