Mons. Aguer animó a la oración intensa del Rosario

  • 27 de mayo, 2021
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo emérito de La Plata destacó la "grandeza" de esta oración mariana e invitó a rezarla poniendo como intención la situación "terrible" que vive el país y el mundo por la pandemia.

Monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata y académico de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, destacó la "grandeza" del Rosario, oración que consideró la devoción católica "más frecuentada, desde hace siglos" y que ha sido potenciada por las "apariciones" de la Santísima Virgen en Lourdes y en Fátima.

El prelado se refirió a este tema durante su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, en el marco del Maratón Mundial de Oración del Rosario convocado por el papa Francisco para pedir el fin de los sufrimientos por la pandemia y que se reza cada día de mayo desde un santuario mariano del mundo.

Tras recordar que “tradicionalmente eran quince misterios, los de gozo, los de dolor y los de gloria”, señaló que “San Juan Pablo II, providencialmente, introdujo otros cinco: los misterios luminosos o misterios de la Luz, con lo que todo el espectro de la vida de Jesús, desde su concepción hasta su ascensión al cielo y sus consecuencias aparecen allí para ser meditados".

"Es que la cuestión es esta: mientras desgranamos las avemarías se trata de meditar esos misterios, disponer la inteligencia y el corazón sobre todo en esos misterios. Se convierten en momentos de adoración mientras rezamos el avemaría y no hay que tener miedo que uno se distraiga porque la oración es la oración y lo que importa realmente es el espíritu con que nosotros la abordamos”.

Monseñor Aguer se detuvo en los nuevos cinco misterios luminosos al explicar cada uno. Entre otros conceptos, comentó, que “el tercer misterio es la predicación de Jesús, donde podemos meditar todo el Sermón de la Montaña, por ejemplo, que son las verdades fundamentales que Jesús nos ha transmitido porque Jesús no sólo predicaba sino que enseñaba, transmitía verdades que son las que constituyen el Credo de la Iglesia”.

“Y finalmente en el quinto misterio meditamos la institución de la Eucaristía donde nos encontramos con un momento central de la vida de Jesús. Su pasión y su resurrección aparecen anticipados, en forma sacramental, en la Última Cena y ese es el sentido que tiene nuestra Eucaristía que es participar de la muerte y la resurrección del Señor”, puntualizó.

Monseñor Aguer afirmó: “La meditación de estos misterios luminosos tiene que iluminar nuestro corazón mientras rezamos el avemaría y esto lo ofrecemos a la Virgen María Santísima por tantas intenciones. Hoy día tantas intenciones tenemos que ofrecer, pedir por esta situación terrible que se vive en el país".

"Por eso la conclusión es: ¡recemos el Rosario!”, pidió en el final de su reflexión.+