Asumió el nuevo párroco de Nuestra Señora de Luján castrense

  • 13 de abril, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió el 10 de abril en la parroquia Nuestra Señora de Luján castrense, la misa de asunción del nuevo párroco, monseñor Alberto Pita.

Con una misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, el 10 de abril asumió como párroco de Nuestra Señora de Luján castrense, en la ciudad de Buenos Aires, monseñor Alberto Pita.

La Eucaristía estuvo concelebrada por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Alejandro Daniel Giorgi; el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera; el vicario general castrense, monseñor Gustavo Fabián Acuña; capellanes de las distintas fuerzas; el rector del seminario castrense, presbítero Daniel Díaz Ramos, y su vicerrector, presbítero Diego Pereyra; el nuevo párroco de Nuestra Señora de Luján, monseñor Alberto Carlos Pita; el vicario parroquial, capellán castrense, presbítero Francisco Andrés Roverano, y sacerdotes de la arquidiócesis de Buenos Aires.

El nuevo párroco está incardinado a la arquidiócesis de Buenos Aires y durante los últimos 30 años prestó su servicio pastoral en la diócesis castrense como capellán. 

En el inicio de la homilía, monseñor Olivera expresó: “Quiero agradecerle mucho al cardenal, porque en este tiempo hemos podido dialogar y entender que aquí hay una particular identidad, y tiene que haber una presencia sacerdotal territorial, y como hemos visto, al padre Pita lo ha nombrado el cardenal como párroco, pero con el visto bueno y la presencia del obispo y parte del clero castrense, porque el padre Pita, como capellán, es enviado en atención y agradecimiento al mundo militar y a las Fuerzas Armadas y Federales de Seguridad”.

“Estoy muy contento también por nuestros sacerdotes, sabiendo que este pastor elegido, además de ser una buena persona y un buen sacerdote, va a ayudarnos a vivir esta realidad de lo acumulativo, en esta experiencia de compartir el territorio y también a los fieles”. La clave, consideró, “es que trabajaremos en comunión”.

“Este camino lo iremos haciendo en diálogo y en fraternidad, porque justamente nos unirá la fe, porque el Espíritu de las primeras comunidades que hemos escuchado en los Hechos de los Apóstoles, sólo es posible que pueda ser entendido así, donde las necesidades de los otros sean necesidades de todos y no sólo de algunos, justamente por el don del mismo Espíritu Santo”.+