Mons. Mestre: "Jugarnos en serio por Dios y su Palabra"

  • 17 de marzo, 2021
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata acudió a sus habituales tres puntitos para ilustrar el relato evangélico del domingo de la alegría, el 14 de marzo, cuarto domingo de Cuaresma.

El cuarto domingo de Cuaresma el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, reflexionó con el Evangelio de San Juan. En el “domingo de la alegría”, las tres palabras elegidas por el prelado fueron: medicina, salvación y elección.

La Cruz de Cristo: verdadera medicina de Dios
El comienzo del Evangelio hace referencia al libro de los Números, “donde ante la realidad del pecado del pueblo, Dios ‘manda’ unas serpientes abrasadoras que mordían y provocaban la muerte de muchos”. Cuando concluye el episodio con el perdón de los hombres, Dios les da una “medicina”. Monseñor Mestre explicó que, en la Nueva Alianza, esta medicina es Jesús. En efecto, Él mismo trae este ejemplo “para referirlo a su crucifixión y glorificación”, porque “la Cruz será signo de salvación para los que la contemplen”.

Un Dios rico en misericordia que quiere la salvación
Avanzando en el texto, los próximos versículos hablan de un Dios que “amó tanto al mundo que entregó a su propio Hijo para que todos tengan vida eterna”. En este sentido, el obispo marplatense resaltó la “salvación” de las personas. “Dios es Amor con mayúsculas y estas, y no otras, son sus verdaderas intenciones” afirmó. Por otro lado, recordó que esto simboliza a un Dios que “no se queda en palabras vacías, sino que realiza hechos concretos: entrega por amor a su propio Hijo Único para la salvación del mundo”.

Elección de la Luz o las tinieblas
Hacia el final del Evangelio de San Juan se presentan “dos posibles respuestas de la humanidad ante la propuesta de Dios: creer o no creer; la luz o las tinieblas”. Aquí vemos que “Dios hace al ser humano libre y le da la posibilidad de elegir”, aseguró monseñor Mestre, pero advierte que “la responsabilidad y el buen uso de la libertad para elegir se ponen en juego", y señaló que en este texto “percibimos con claridad que el juicio final no está tan lejos”, por lo que resaltó la necesidad de elegir y “jugarnos en serio por Dios y su Palabra”.+