Jubileo por los 25 años de la Fraternidad Monástica Abba Padre

  • 4 de marzo, 2021
  • Los Cocos (Córdoba) (AICA)
Las monjas de la Fraternidad Monástica Abba Padre celebraron junto a su obispo diocesano, monseñor Ricardo Araya, la misa del 25 aniversario de su fundación.

La Fraternidad Monástica Abba Padre, de Los Cocos, Córdoba, celebró el pasado 24 de febrero los 25 años de fundación.

El obispo de Cruz del Eje, monseñor Hugo Ricardo Araya, presidió la misa de acción de gracias que tuvo lugar el domingo 28 de febrero en el monasterio. El prelado dio gracias “por ustedes hermanas por el bautismo, y monjas por su especial consagración a Dios en la Iglesia; llamadas a captar una Luz y escuchar una Voz. Luz que resplandece en el rostro de Jesús y una voz, la del Abba, que da testimonio y pide escuchar a su Hijo”.

Monseñor Araya invitó a las hermanas a “dar espacio y tiempo a la posibilidad de escuchar más que de ver, de contemplar con los ojos cerrados; gracias a la luz interior que se enciende por la Palabra de Jesús”; y asimismo, las llamó “a subir con Jesús al monte de la soledad, y en la intimidad, la confianza y la adhesión a su querer rezar: Abba”.

Ese subir al monte será “entre ustedes y a la acogida de los hermanos”. “Jesús ha revelado la profundidad y la extensión de la paternidad de Dios. Él es Padre también de los pecadores, y cariñoso con todas sus criaturas”, manifestó.

Por eso, les volvió a decir: “Subir al monte donde brilla la luz para seguir con la misión, haciendo experiencia de la cruz; esto es, experiencia de la entrega en el amor a Dios y a los hermanos”. Finalmente, expresó: “Me gustaría terminar repitiendo una y otra vez con ustedes: Abba Padre, Abba, papá; como Jesús, como los pequeños que confían en la ternura del Padre”.

Finalizada la celebración la madre Hilda María Magdalena Hergenreder, fundadora de la Fraternidad Monástica, dedicó unas palabras al obispo, a sus hermanas y a la comunidad, celebrando el jubileo por los 25 años de historia: “Jubileo nos remonta al júbilo, al gozo, a la alegría del pueblo judío al escuchar el sonido del cuerno que indicaba el inicio de un año excepcional dedicado a Dios”.

“Hoy, nosotras, como el pueblo de Israel, estamos llamadas a festejar, a celebrar, a dar gracias por la fidelidad de Dios a su Alianza. Por eso, es éste también un año que invita a la memoria agradecida al Dios fiel, al Dios Padre, al Dios que no sólo hace camino con nosotras, sino que Él mismo se hace camino en su Hijo Jesús. Y en Jesús sentado junto al pozo nos sigue diciendo: ‘Tengo sed’, sed de que mis hijos vuelvan a mí y me reconozcan como ‘Siempre Padre’”.

La religiosa agradeció a Dios y al Espíritu Santo por el tiempo de historia, porque “como hace 25 años, Dios se sigue revelando en mi vida y en la de cada hermana y en el carisma, como el Dios del Éxodo que nos dice: ¡Hijas mías, salgan de Egipto! Porque el Éxodo no se detiene nunca, porque es un constante ir hacia el Dios de la promesa, la Tierra Prometida”. 

Al concluir el mensaje se dirigió a la comunidad y les pidió que recen por las religiosas, “para que el Señor nos alcance la gracia de una fidelidad gozosa y testimoniante. Y en profunda comunión, sigamos caminando, amando y sirviendo en humildad y en la entrega sin límites. Porque, con la gracia de Dios, todavía hay mucho por andar”.

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