"Sean Palabra viva", animó Mons. Barba a los nuevos párroco y vicario de la catedral

  • 27 de enero, 2021
  • San Luis (AICA)
En el Domingo de la Palabra de Dios, el 24 de enero el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, presidió la misa de toma de posesión del nuevo párroco y el nuevo vicario de la catedral.

En una misa presidida por el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, el 24 de enero tomaron posesión el nuevo párroco de la Inmaculada Concepción e iglesia catedral, presbítero Rafael Espejo, y el nuevo vicario parroquial, presbítero Ignacio Lucero.

La celebración se enmarcó en el Domingo de la Palabra de Dios, convocado por el papa Francisco, día en que se valora particularmente la lectura y puesta en práctica de la Palabra.

“Este acto canónico formal de tomar posesión como párroco, lo convierte en el pastor natural y cercano de esta comunidad parroquial. Junto con el nuevo vicario, dos sacerdotes puntanos, para esta comunidad”, señaló el obispo al comienzo de su homilía. Ambos sacerdotes, destacó, “han recibido con generosa voluntad la aceptación a mi pedido”.

Este acto, reconoció el prelado, abre las puertas a nuevos cambios que se irán realizando y nombramientos que se irán cubriendo durante febrero, nombramientos que fueron oportunamente comunicados. 

“Fueron pensados, madurados y sobre todo rezados, a fin de buscar en ellos la voluntad de Dios, para renovar e impulsar con nuevo vigor la tarea evangelizadora en nuestra diócesis. Que si bien no se realiza solo desde las parroquias, desde ellas se marca una fuerte impronta y camino”.

“Todo cambio implica esperanza por la vida nueva e incertidumbre por lo desconocido. Todo cambio es también una oportunidad para recrear la vida y dejar que Dios nos siga inspirando lo bueno y lo nuevo que solo viene de Él. Solo basta saber confiar y ser dóciles a su Espíritu”.

“Por otra parte, estos cambios de párrocos no dejan de ser sino parte de la vida normal y cotidiana. Dado que cuando por la imposición de manos de nuestros obispos recibimos el Orden Sagrado del sacerdocio, lo recibimos no para nosotros, sino para servir a la Iglesia y construir su Reino con docilidad. Y en la Iglesia, por medio de nuestros pastores que actúan siguiendo a Cristo cabeza, Dios nos va hablando y guiando”.

Al referirse al Evangelio, monseñor Barba expresó: “La lectura del Evangelio de hoy, al llamar a algunos hombres a dejarlo todo y ser pescadores de hombres nos muestra que, desde el inicio, los que siguen…, los que seguimos a Jesús, debemos tener la libertad de saber dejarlo todo para ser guiados por Él”.

“Por eso digo, no es nada raro ni novedoso pensar y realizar cambios entre nuestros sacerdotes y sus comunidades. Claramente es parte de la vida de la Iglesia. Es parte de una Iglesia Viva”, sostuvo.

En ese sentido, agradeció al padre Daniel Pérez “que a lo largo de estos años ha pastoreado a esta comunidad y también le agradezco la docilidad y disponibilidad para su nuevo destino”.

“A la comunidad parroquial le encomiendo recibir de buen grado a su nuevo párroco, como así también a su nuevo vicario parroquial. Qué bueno sería que en todas nuestras parroquias pudiésemos contar con equipos sacerdotales que vivan en comunidad y sean fieles y alegres servidores de sus comunidades. Para ello debemos seguir rezando mucho por las vocaciones y apoyando especialmente a los jóvenes que van dejando crecer la escucha desde lo más profundo de sus corazones, atentos al llamado de Dios, de seguir a Jesús más de cerca”.

“Como siempre digo, demos gracias por el don de tener un seminario propio y trabajemos fuertemente por cuidarlo y sostenerlo a fin de propiciar a través de él el mejor lugar posible para una buena formación como pastores para el pueblo de San Luis”, animó.

Una invitación a la conversión
En referencia a la liturgia del día, el obispo hizo hincapié en la figura de Jonás. “Jonás es instrumento de Dios invitando a la gran ciudad de Nínive para la conversión. Y no teme lo imposible y se lanza a la proclamación. Su mensaje se hace creíble y los habitantes de Nínive escuchando el aviso de Dios, por parte de Jonás se convierte y cambia. Nos habla a las claras de que es posible la conversión, por eso la invitación por parte de Dios y que es necesario también ese paso como respuesta personal y social, para una vida nueva”.

“Siempre el mensaje de Dios es una invitación para ser escuchada, pero, sobre todo, para poner en práctica lo que nos pide”, afirmó al respecto.

El gran mensaje de esta primera lectura, aseguró, es que la sociedad de Nínive se convierte. Por lo tanto, “una invitación a la conversión que desde lo particular avanza a lo comunitario. Del individuo… a la sociedad. Del yo… al nosotros”.

“Cuánto desearíamos y necesitamos justamente esto: una nueva sociedad que se abra a la conversión y a la vida de Dios desde cada uno de sus integrantes”, reconoció.

Luego, al referirse al Evangelio, relató: “Vemos a Jesús que, uno a uno, y paso a paso, va eligiendo a aquellos a los que tendrá a su lado. A aquellos a los que llama para seguir sus pasos, a predicar junto a Él de un modo particular y cercano. Uno a uno, por sus nombres va eligiendo a los Apóstoles. Y los llamó… y ellos, uno a uno, dejándolo todo, lo siguieron”.

“A esta elección precedió el anuncio del Reino y la invitación a la conversión: ‘El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia’”, citó el prelado y reflexionó: “Jesús nos marca el ‘tiempo de Dios’”.

“Su encarnación es el cumplimiento final de las promesas. En Él, todo se ha cumplido. En Él queda manifiesta en su totalidad la voluntad de Dios: que todos se salven. Pero esa salvación debe ser acogida por la conversión”.

“Escuchar. Escuchar de verdad. Dejar que la voz de Dios penetre en nosotros. Toque nuestros corazones. Y haga efectiva su obra a través de nuestra conversión reflejada luego, en las obras según el Espíritu”, animó.

“Los Apóstoles escucharon, como lo hizo todo el pueblo, este primer mensaje y luego el llamado. Su llamado personal y especial, también supuso la llamada a la conversión. No estaban exentos. Ellos también debieron convertirse”, destacó.

“Y esta llamada a la conversión que escuchamos en las lecturas de este domingo, no es un acto que culmina en una sola vez. En un solo instante o momento…, debe ser un camino de vida. Una actitud siempre dispuesta. El pecado… la inclinación al mal, la tentación y la debilidad nos acompañan siempre. No es algo que sólo le pasa al otro”, advirtió. “Y Jesús es nuestra salvación y de Él viene la misericordia y el perdón, que da vida a nuestras sombras de muerte”.

“Los Apóstoles, protagonistas especiales de la lectura del Evangelio de hoy, reciben este doble mensaje, primero, la llamada a la conversión y luego su vocación de estar junto a Jesús para el anuncio del Reino”, señaló, invitando a “que esta Palabra penetre en nuestros corazones. Escuchando primero, para responder luego”.

La Biblia no es un libro más
Refiriéndose al Domingo de la Palabra, expresó: “Seguramente en nuestras casas todos tendremos la Biblia, el libro de las Sagradas Escrituras. Que no sean simplemente un libro que junta polvo en nuestras bibliotecas, sino que sea instrumento en nuestras manos, para que, leyéndola, abramos nuestros corazones para que Dios nos hable”.

“Desde la catequesis primera, desde la educación en la fe de nuestros niños, pongamos también en sus manos la Palabra y enseñémosle a leerla con interés y con profunda fe”, animó. “Que los lleve y nos lleve a escucharlo y seguirlo al igual que lo hicieron los Apóstoles en su particular llamado”, agregó, con un deseo: “Qué hermoso sería que en todas nuestras parroquias contemos con grupos que se reúnan en torno a la Palabra de Dios. Grupos de reflexión bíblica”.

Sean Palabra viva
Finalmente, se dirigió al nuevo párroco y al nuevo vicario: “Queridos padre Rafael y padre Ignacio, les deseo de corazón que su presencia como pastores de esta comunidad parroquial de la catedral sea fiel ejemplo de lo que nos invitan las lecturas de hoy. Sean ustedes Palabra viva que se hace anuncio no solo con las palabras que salen de sus bocas, sino que se escuche y se haga visible ese mensaje, porque se refleja en sus obras”.+

» Texto completo de la homilía