Mons. Uriona: "Fuimos bautizados para ser discípulos y misioneros de Jesús"

  • 13 de enero, 2021
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
"Solidaridad, redención y misión", son las tres palabras que, para el obispo de Río Cuarto marcan la fiesta del Bautismo del Señor.

El domingo del Bautismo del Señor, 10 de enero, el obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, celebró la misa en la capilla del colegio de los Santos Ángeles Custodios. En su homilía, dejó tres palabras para resumir la celebración: solidaridad, redención y misión.

Al comenzar, el prelado señaló que “esta fiesta está íntimamente ligada con la fiesta de la Epifanía”, ya que “esa manifestación que hizo Dios a los paganos, mostrando a su hijo Jesús a través de una estrella, ahora se trata de una manifestación que hace Dios de su Hijo, en el Espíritu Santo, en las aguas del Jordán”. 

“En la fiesta de hoy Jesús se pone en la fila de los pecadores, para ser bautizado con el bautismo de penitencia que daba Juan a las personas”, recordó monseñor Uriona, aclarando que “en esos tiempos se sabía que vendría un Mesías, por eso la gente estaba expectante”.

Pero resaltó que lo importante de la fiesta “es que Jesús, el Hijo de Dios, el santo, no teme, sino que se pone en la fila nuestra, para sumergirse y recibir el Bautismo. Solidaridad es la palabra que nos deja Jesús. Desde ahí, empieza a asumir el pecado de los hombres para decir: ‘Yo vengo a redimirlos’”, manifestó el prelado riocuartense.

Seguidamente, hizo mención a la segunda palabra: “Redención, salvación”. En este sentido, explicó que “nosotros recibimos los efectos de la cruz redentora de Jesús con el bautismo, con el agua somos salvados y redimidos. A lo largo de nuestra vida se va desarrollando el bautismo hasta ese encuentro con Dios en el día de nuestra muerte”.

En alusión a la tercera palabra que simboliza la fiesta, indicó: “Misión. Jesús no dijo nada. El Padre dice: ‘Este es mi Hijo muy amado’, y ahí Jesús se va al desierto para prepararse para anunciar el Reino. Esto también recuerda nuestra misión: fuimos bautizados en la presencia del Padre y ahí nos hacemos discípulos y misioneros de Jesús”.

Finalmente, el obispo animó a la comunidad “a renovar el compromiso del bautismo, de entrega a Dios y a los hermanos a través de la misión”.+