Mons. Pedro Laxague ordenó a su obispo auxiliar, Mons. Justo Rodríguez Gallego

  • 11 de enero, 2021
  • Belén de Escobar (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Justo Rodríguez Gallego fue ordenado obispo de las manos de Mons. Pedro María Laxague, obispo de Zárate-Campana, quien lo animó: "Apacienta el rebaño de Dios"

En una celebración que tuvo lugar en el predio en el que se celebra la Fiesta Nacional de la Flor, en el partido de Belén de Escobar, el sábado 9 de enero se realizó la ordenación episcopal del obispo auxiliar de Zárate-Campana, monseñor Justo Rodríguez Gallego.

Monseñor Pedro María Laxague, obispo de Zárate-Campana, actuó como obispo consagrante, y fueron obispos coconsagrantes, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján, sede metropolitana de la provincia eclesiástica, y monseñor Jorge Vázquez, obispo de Morón y delegado de la Región Pastoral Buenos Aires.

Concelebraron, además, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, junto con su auxiliar, monseñor Guillermo Caride;  el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi; el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, y su auxiliar, monseñor Oscar Eduardo Miñarro; el obispo de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín; el obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig; el obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Jorge Martín Torres Cabonell; el obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Luis Zordán M.SS.CC; el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera; los obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñor Ernesto Giobando SJ, monseñor José María Baliña, y monseñor Gustavo Oscar Carrara; el obispo emérito de Goya, monseñor Ricardo Oscar Faifer; el abad del Monasterio Benedictino de Jauregui, padre Jorge Morán OSB; y sacerdotes del clero de la diócesis de Zárate-Campana.

Asistieron también numerosos religiosos y laicos representantes de las distintas comunidades diocesanas. El resto de los fieles pudo seguir la celebración por las redes sociales, debido a las restricciones sanitarias.

“Agradezco a Dios que el papa Francisco nos haya concedido un obispo auxiliar”, comenzó diciendo monseñor Laxague y luego agradeció al nuevo obispo por haber aceptado: “Espero que te anime esa gran alegría que has podido percibir en nosotros”, le dijo, haciendo referencia a la comunidad diocesana. Asimismo, el prelado agradeció al intendente de Escobar por proveer el predio para la celebración.

Sobre la pregunta “¿qué hace un obispo?”, monseñor Laxague señaló que “el obispo es el pastor que apacienta el rebaño que es la Iglesia de Dios. Apacentar es buscar el bien de todos, es cuidar y ‘buscar las verdes praderas’. Así es el ministerio de Jesucristo, que pasó su vida apacentando. Él lo transmitió a los apóstoles y ellos lo fueron transmitiendo a sus obispos que son sus sucesores. Así, hasta nuestros días, se acrecienta la obra de Jesús a través de este ministerio de pastores”.

Además, afirmó que “en la persona del obispo, rodeado de sus presbíteros, está presente el mismo Jesucristo” y le dijo a monseñor Rodríguez Gallego, que llegó a Zárate-Campana proveniente de la arquidiócesis de Toledo en los años ochenta, que “la predilección del Padre te tiene hoy aquí, por los caminos de Dios. Si no miramos con fe estos caminos, no podremos entender nada”.

“Querido Justo, cuida del rebaño que el Espíritu Santo te encarga guardar como pastor de la Iglesia de Dios, en el nombre del Padre, cuya imagen representas en la asamblea; en el nombre del Hijo, cuyo oficio de maestro, sacerdote y pastor ejercerás; y en el nombre del Espíritu Santo, que da vida a la Iglesia de Cristo y fortalece nuestra debilidad”.

Finalmente, pidió a María en la advocación de Nuestra Señora de Luján, que “nos cuide y nos proteja. María es también auxilio nuestro, por eso le pedimos que te ayude a ser un buen obispo auxiliar”. 

Concluida la celebración, monseñor Rodríguez Gallego, quien se había desempeñado en la diócesis como vicario general desde 2017, dirigió unas palabras a la comunidad: “Queridos hermanos sacerdotes, unidos con el resto de la diócesis, hemos de afrontar, junto con el obispo Pedro, la tarea de continuar la misión que iniciaron nuestros mayores”. Y aunque dijo que “nos falta pan y nos falta vino, creemos en el milagro de Caná. Por eso puse en mi escudo esas tinajas recordando el milagro. Creo firmemente que el milagro de la primera evangelización se puede y Dios quiere prolongarlo hoy”. 

El lema que el flamante obispo eligió para su ordenación es: “No se pierda ni uno solo de estos pequeños” (Mt 18,12).+