Mons. Mestre: "¡No nos dejemos angustiar por nada ni por nadie!"

  • 7 de octubre, 2020
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Rechazar la piedra angular", "No dejarse angustiar por nada" y "Entregar y dar fruto a su debido tiempo", son los tres puntos que tomó el obispo de Mar del Plata para su reflexión de este domingo.

En su reflexión para el 27º domingo durante el año, el 4 de octubre, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, utilizó sus habituales tres puntitos para analizar el Evangelio según San Mateo. 

“Rechazar la piedra angular”, “No dejarse angustiar por nada” y “Entregar y dar fruto a su debido tiempo”, son los tres puntos que tomó este domingo para su reflexión. 

Rechazar la piedra angular
Al comenzar, Jesús cita el salmo 118,22-23 profetizando “dramáticamente” a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo porque “han rechazado al Mesías, al Dios verdadero”. Luego monseñor Mestre explicó que la piedra angular “es la que se colocaba habitualmente como base en los cuatro ángulos de las grandes edificaciones cuadradas o rectangulares”. Por eso, si esas piedras se quitan, se cae toda la edificación. Entones el prelado exclamó: “¡Cristo es la piedra angular!”. Y muchas veces suele “rechazarse que Jesús sea esa piedra angular y cimiento firme”.

No dejarse angustiar por nada
En el segundo punto, el obispo tomó la carta de Pablo, una invitación que hace en un sentido “sumamente realista sabiendo que Dios cuida de su pueblo”. Este “cuidado de los corazones y pensamientos” se expresa con verbos que se  refieren al “afecto, la predilección de Dios por su pueblo que es la viña. ¡Cuánta dedicación, delicadeza y confianza! ¡Cuánto amor, ternura, bondad y misericordia!”, sostuvo monseñor Mestre. “Dios está con nosotros siempre, por lo tanto y a pesar de la pandemia y sus consecuencias, podemos apartar la angustia de nuestra vida: ¡no nos dejemos angustiar por nada ni por nadie!”.

Entregar y dar fruto a su debido tiempo
Finalmente, el obispo dijo que en la primera lectura hay verbos “muy duros”. Sin embargo, “expresan el resultado del rechazo del cuidado y acompañamiento de Dios”, rechazo que se manifiesta en el “no dar fruto bueno”. Monseñor Mestre dijo que hoy “debemos preguntarnos si estamos dando y entregando el fruto esperado. Respondiendo así a un Dios que tiene con todos y cada uno de nosotros amor y cariño. A la luz de la segunda lectura podemos pensar en los buenos frutos de la comunidad cristiana: oración y súplica, acción de gracias, paz, verdad y nobleza, justicia y pureza, amabilidad y honradez, virtud y alabanza…”+