Mons. Uriona: "Trabajar por el Reino y confiar en su misericordia"

  • 24 de septiembre, 2020
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto celebró la misa del 25° domingo durante el año en la capilla del obispado y predicó sobre la parábola del viñador y la misericordia de Dios.

Al celebrar la misa del 25° domingo durante el año en la capilla del obispado, el obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Armando Uriona DFP, predicó sobre la parábola del viñador y la misericordia de Dios.

Al comienzo de su homilía, el prelado explicó que “en el camino de Jesús hacia Jerusalén, siguen sus enseñanzas sobre los misterios del Reino de los Cielos, que muchas veces son a través de parábolas”. Asimismo, recordó que los fariseos “eran las personas más religiosas del pueblo de Israel en la época de Jesús, los que investigaban la ley y trataban de vivirla intensamente. Ellos despreciaban a los que no vivían la ley, se ponían en jueces de los publicanos, los pecadores y los paganos”.

Por eso, sucedió que “cuando Jesús empieza a anunciar el Reino, ellos quieren que Jesús se dirija primero a ellos, porque eran los que cumplían la ley. Sin embargo, Jesús se dirige con preferencia a los publicanos, pecadores, enfermos y marginados”, dijo monseñor Uriona, y contextualizando el relato evangélico, añadió que los fariseos “criticaban a Jesús y es ahí que el Señor les dice esta parábola”. 

“En nuestro modo de pensar, esta parábola podría parecer injusta”, advirtió el prelado, y trajo las palabras de la primera lectura: “Dios no se maneja con la justicia que nosotros tenemos”. Por el contrario, “el Dios que nos enseña Jesús es el misericordioso, que tiene compasión de los que son últimos, que no preceden ningún mérito a su gracia. Él la da porque es bueno y misericordioso. Ese es el Dios de Jesús . Por eso, los fariseos jamás lo comprendieron y buscaron la manera de acabar con Jesús”. 

Monseñor Uriona expresó que “el Señor nos da en la medida en que nos entregamos a Él. Lo importante es trabajar por el Reino y confiar en su misericordia, entregarnos a los demás de todo corazón. No en la relación del ‘yo te doy para que vos me des’. Dios pretende que el hombre viva intensamente a los demás, sabiendo y confiando en su amor infinito”. 

Finalmente, frente a esta parábola “que siempre nos desconcierta”, el obispo de Río Cuarto animó a pedir “al Señor que nos dé la gracia de confiar en su misericordia y de acompañar con nuestro testimonio de vida a los que están alejados de la Palabra de Dios para atraerlos y mostrarles cuánto Dios los ama”.+