Mons. Han Lim Moon: Nunca es tarde para trabajar en la viña del Señor

  • 19 de septiembre, 2020
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
El obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, reflexionó con el Evangelio del domingo y anunció a la comunidad: "¡Nunca es tarde! ¡Dios te llama así como estás!".

En su reflexión para el 25° domingo durante el año, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, anunció a la comunidad que “¡Nunca es tarde…! ¡Dios te llama así como estás…!”.

Iniciando con la pregunta “¿Te gustaría escuchar la voz de Dios Padre que con mucho amor te llama por tu nombre?”, el prelado se refirió al Evangelio del domingo en el que Jesús dice que el Reino de Dios se parece a un propietario que convoca trabajadores para su viña. 

“¿Qué significa trabajar por el Reino de Dios?”, se preguntó, y explicó que esto implica “trabajar para que en los corazones de los hombres no reine, ante todo, el dinero, poder, placer, confort, etcétera; sino Dios. De esta manera, el hombre gozaría de la armonía en su corazón, con los demás, con la naturaleza y con Dios, viviendo los valores que Él propone”.

Por eso, el Señor “convoca a toda hora y a todos”, dijo monseñor Han Lim Moon. Incluso “a los considerados últimos, como los marginados, o a los que están en la etapa avanzada de su vida”. El trabajo “dignifica al hombre”, pero, además, “contribuye a los demás y se perfecciona haciéndose semejante a Dios, el creador”, dijo también el obispo. En este sentido, “el que acepta trabajar por el Reino de Dios en cualquier etapa de su vida, tendrá una gran recompensa que es el cielo”.

“Todo bautizado y persona de buena voluntad puede trabajar por el Reino, inclusive la persona que muchas veces nadie convoca por su condición humilde. Sin embargo, escucha el llamado de Dios y acepta trabajar por y con Jesús transmitiéndolo en la vida cotidiana por medio de su testimonio y palabras”, volvió a expresar monseñor Moon.

Finalmente, animó a la comunidad a escuchar el llamado de Dios y a trabajar para su Reino, “porque Dios no pone ninguna condición, para Él nadie es indigno y nunca es tarde”.+