Mons. Olivera recordó los siete años de la beatificación de Brochero

  • 14 de septiembre, 2020
  • Villa Cura Brochero (Córdoba) (AICA)
A siete años de la beatificación del Santo Cura Brochero, el vicario episcopal para las Causas de los Santos, y entonces obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, expresó su alegría.

En el séptimo aniversario de la beatificación del Santo Cura Brochero, el obispo castrense y vicario episcopal para las Causas de los Santos, entonces obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, expresó en un videomensaje su alegría al haber participado de las celebraciones de beatificación y canonización del santo argentino: “Recuerdo con mucha gratitud mi tiempo brocheriano, y la gracia que Dios me concedió de participar y celebrar la beatificación y  la canonización”.

El 14 de septiembre de 2013, en el predio de 7 hectáreas, lindantes al Cristo Blanco (monumento al Sagrado Corazón de Jesús), construido a unos 700 metros al sudoeste del santuario brocheriano de Villa Cura Brochero, en el valle de Traslasierra, Córdoba, se realizó la misa por la beatificación del cura gaucho, con más de ciento ochenta mil fieles provenientes de todo el país. En aquel lugar se construyó un altar 40 metros de ancho por 20 metros de profundidad, y entre el predio y la Plaza Centenario de Villa Cura Brochero, se instalaron siete pantallas gigantes para seguir de cerca cada uno de los detalles de la celebración histórica. 

“Qué lindo es recordar ese momento, porque era la constatación de que el Señor, lo sabemos, porque lo teníamos ahí bien presente, escucha la oración de su pueblo. Que el Señor bendecía a todos los que habían trabajado por esta causa grande de nuestro Santo Cura, este regalo de Dios que nos dio”, expresó monseñor Olivera recordando la celebración.

El prelado afirmó que “fue un tiempo de gracia. Siempre agradecí al Señor que me hayan enviado a esa tierra y a la Iglesia para compartir este último camino. Teniendo muy claro que, también venía a cosechar siembra de mis anteriores obispos, laicos, religiosos, sacerdotes que han trabajado mucho, pero también a recoger el fruto de la oración de tantos”.

“Un regalo de Dios que llevo siempre en el corazón”, continuó diciendo, y concluyó: “En este momento, que recordamos los siete años de su beatificación doy gracias a Dios, al pueblo de Dios. y a esa vida pobre y entregada, a esa vida que predica el Evangelio con su vida y con su palabra, a este pobre y rico pastor de Traslasierra”.+