Mons. Martín agradeció la entrega de los sacerdotes en la pandemia

  • 5 de agosto, 2020
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El arzobispo de Rosario presidió la misa crismal en la catedral local, donde valoró el compromiso renovado del clero en este tiempo especial, en sus tres dimensiones: palabra, sacramento y caridad.

El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió la misa crismal el 4 de agosto, memoria litúrgica del Santo Cura de Ars, en la catedral Nuestra Señora del Rosario.

La celebración eucarística, en la que se renuevan las promesas sacerdotales y se bendicen los santos óleos que se utilizan en los sacramentos, había sido postergada en Semana Santa a raíz de las restricciones por la pandemia del coronavirus.

Dadas las condiciones sanitarias actuales, el prelado rosarino celebró la Eucaristía acompañado por algunos sacerdotes en representación del presbiterio rosarino y con una catedral vacía. Los fieles siguieron la ceremonia a través de FM del Rosario y redes sociales.

En la homilía, monseñor Martín recordó el sentido de renovación de la vida sacerdotal que tiene la misa crismal y agradeció a los sacerdotes y laicos.

“Quiero agradecerles, queridos sacerdotes del Señor, por la entrega especialmente en este tiempo de pandemia en estas tres dimensiones, palabra, sacramento y caridad: por un lado la celebración eucarística. Cada uno ha buscado la forma en su comunidad de celebrarla, a través de las redes, a través de Facebook, para que de algún modo el pueblo de Dios pudiera acercarse a la fuente de la salvación. Formas creativas que se buscaron. No se han quedado sino que siguieron sirviendo al pueblo de Dios”, destacó.

“También en la atención de los enfermos: hacerles llegar la Comunión y la unción. Cuántos sacerdotes que se ofrecieron para visitar los hospitales, clínicas y sanatorios y colaborar con los capellanes ya instituidos. ¡Cómo no agradecer este servicio sacerdotal!”, valoró, y agregó: “A la vez, todo lo que ha significado, esta dimensión del anuncio en este año mariano, en esta misión mariana: la Virgen que ha salido por iniciativa de los sacerdotes a recorrer las calles, los hospitales y centros de salud. Un signo de la presencia amorosa de Dios”.

El arzobispo rosarino se refirió a ellos también como “animadores de la caridad, otra dimensión de la vida sacerdotal” y sostuvo: “En la atención a los hermanos más necesitados con la ayuda de laicos y consagrados. El sacerdote es animador de la caridad”.

“Por eso quiero dar gracias a Dios por ustedes, queridos sacerdotes, en este tiempo tan difícil que de algún modo el Señor nos llama a ser los que sostenemos la fe del pueblo con nuestra oración. Por eso es un tiempo de interceder, como Moisés. Un tiempo de tener los brazos en alto para que el pueblo santo de Dios venza todos los combates, sobre todo los espirituales”, subrayó.

Monseñor Martín afirmó que hay que dar gracias al Señor y al bendecir los óleos y consagrar el crisma entregarle a los sacerdotes “estos signos con los cuales celebran los sacramentos de la vida cristiana, que hacen nacer la vida nueva, la hacen crecer, la hacen vigorosa” y consideró que hay que “entender que a través de estos signos la vida sacerdotal es una entrega total al Señor para configurarse con Él y como Él vivir para los demás”.

“No tenemos otra razón de ser que vivir y servir para el servicio del pueblo santo de Dios por amor a Cristo para que su gloria se manifieste. Y así poder ser todos, sacerdotes y fieles, ese signo vivo, fresco, hermoso, alegre en medio del mundo. De este mundo que tanto necesita de la presencia de Dios. Un mundo al cual le falta la presencia de Dios. Que María Santísima, la Virgen del Rosario, Madre del Rosario,  interceda por cada uno y los proteja con su manto maternal”, concluyó.+