Mons. Frassia celebró la fiesta del Inmaculado Corazón de María

  • 23 de junio, 2020
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús celebró la festividad del Inmaculado Corazón de María, que se celebra el sábado siguiente a la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

"El Corazón Inmaculado de María nos acerca a su Hijo, nunca le hace sombra, nunca compite con Él, nunca se enoja por ninguna respuesta; y en este caso cuando Él, un niño de doce años, se queda en Jerusalén, y los padres lo creían perdido y lo buscan, la Virgen le dice: Hijo ¿por qué nos has hecho esto?, estábamos angustiados. Jesús le responde, le explica, y Ella, madre, acepta y se queda en paz", expresó, en el comienzo de su homilía monseñor Frassia.

"También nosotros -prosiguió el prelado- muchas veces buscamos a Jesús y no lo encontramos, como que se nos perdió; pero no se perdió, siempre está. Somos nosotros los que, lerdos y perezosos, no sabemos aceptar las cosas que Dios nos va dando: contrariedades, conflictos, dificultades, sufrimientos, pérdidas, todo lo que nos pasa; siempre hay que dejar en Él la última palabra.

"Pero ¿por qué dejamos en Él la última palabra?, porque Él es la Palabra y también la primera Palabra. 'No tengan miedo, confíen en Mí', 'Yo he vencido al mundo', 'Yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos'. Esas palabras tienen que resonar en nuestro corazón, en nuestra vida. Hoy le pedimos a María que nos ayude a revestirnos de los mismos sentimientos de Cristo Jesús".

Seguidamente el obispo efectuó una referencia al 20 de junio: "Hoy -recordó-, es el día de la patria, el Día de la Bandera y tenemos que rezar mucho por nuestro país para que los corazones argentinos -y los de todos los que viven en nuestro suelo- tengamos la capacidad de buscar siempre el bien común, el bien de todos y no sólo de algunos. Ni intereses particulares, ni ideologías, ni competencias indebidas, ni egoísmos ocultos, ni palabras engañosas; que tengamos esa capacidad de superar una dificultad y poder refundar nuestra Nación, enaltecer la bandera para que no se ensucie con el pasar del tiempo y para que siempre la tengamos enarbolada, limpia y digna, que nos represente y nos represente bien", concluyó.+

» Texto completo de la homilía