Pandemia: Mons. Croxatto llamó a ayudar en clave de justicia

  • 11 de mayo, 2020
  • Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, afirmó que la iniciativa que busca cobrar impuesto a las grandes fortunas en el contexto de la pandemia "en algún sentido es una medida de justicia".

El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Martín Croxatto, afirmó que la iniciativa que busca cobrar un impuesto por única vez a las grandes fortunas en el contexto de la pandemia "en algún sentido es una medida de justicia" porque ésta es "una realidad en la que todos tenemos que poner y el que tenga más tendrá que ayudar al que tiene menos".

El prelado dijo que ante la crisis económica provincial "todos tenemos que hacer un esfuerzo", en referencia al cobro diferido del aumento salarial de trabajadores estatales, porque "no tiene sentido que yo reclame lo que el otro no puede darme".

"Si cada vez que vas al supermercado las cosas siguen aumentando, no estamos haciendo el mismo esfuerzo", dijo en diálogo con Va Con Firma, y completó: "Hay que estar muy atentos para que todos pongan su parte".

Asimismo, consideró que en este contexto "se van a ir destapando problemas que vienen de arrastre, de cosas que no se han sabido acompañar bien” y reveló que desde que comenzó la pandemia "los alimentos fueron la prioridad más grande" que atendieron en la diócesis.

Consultado sobre la posibilidad de una "flexibilización sana" de la cuarentena, respondió: "Depende de cada uno de nosotros" y de lo que se haya aprendido respecto del cuidado del otro, e insistió en la necesidad de escuchar a todos los sectores porque "las realidades no son todas iguales".

-¿Qué ayuda están dando desde la diócesis local por la pandemia?
-Nosotros estamos trabajando a través de Cáritas que es la que coordina y acompaña esta realidad. Hay lugares, en algunas comunidades, que abrieron comedorcitos, como en la zona de La Paz. En otros lugares, más que comedores hay acompañamiento a través de bolsones. Durante todo este tiempo los alimentos fueron la prioridad más grande. Ahora viene el tema del frío y el invierno. Después, en las comunidades tenemos agentes pastorales que conocen a la gente y a quienes ya estaban atendiendo y a otros que van llegando y se los va atendiendo. Cáritas hizo un despliegue enorme en todo este tiempo y hemos gestionado nuevos recursos para poder seguir acompañando. No sólo ayudamos a gente acá en Neuquén sino en todo el interior. En algunos casos se giró dinero a las parroquias para que hagan directamente las compras en cada lugar. Después se ayudó a algunas ONG más chicas que necesitaban.

Por otra parte el refugio original, del Cura Brochero, pasó a manos de una fundación independiente pero se dispusieron dos lugares, uno en la parroquia Inmaculada y el otro en la dependencia del colegio Pablo VI, en Alta Barda, donde se contiene a gente que estaba en situación de calle.

-¿Se notó una mayor demanda de parte de personas que tenían trabajos informales y con el aislamiento no los pueden sostener?
-Sí, se notó mucho en los barrios, sobre todo. En toda la zona del Oeste no se abrió ningún comedor pero ahí están el Padre Paco y el Padre Mauro, que está en el Z1, estuvieron atendiendo permanentemente, llevando bolsones. Incluso acá en la Catedral también todos los días pasa gente pidiendo comida, pidiendo ayuda. Es gente del Oeste que changueaban y no tienen hoy cómo sostenerse.

-Ya veníamos de una situación económica complicada.
-Esto la agudizó mucho más.

-¿Cómo ve las medidas que está tomando el gobierno nacional en relación con la pandemia?
-Creo que todos estamos de acuerdo en la defensa de la vida. Estamos aprobándolas y nos sumamos todos. También nos hemos sumado como Iglesia en la medida en que nos han pedido a nosotros. Pero también como es algo que nos sorprendió a todos creo que todos vamos aprendiendo en el camino cómo manejarnos en esta realidad. Creo que en ese sentido tenemos que seguir aprendiendo cómo vamos a convivir en esta realidad. Lo cierto es que esta flexibilización sana que debemos ir haciendo cada vez más también depende de cada uno de nosotros, de lo que hayamos o no aprendido de cómo cuidarnos en este tiempo, sin entrar en la psicosis pandémica pero sí con cierto respeto de cuidados y cuidar al otro que tengo delante. Espero que hayamos aprendido eso.

-En Neuquén comenzó a flexibilizarse la cuarentena en función de los resultados epidemiológicos.
-Está bueno que sea la conjunción de un equipo. Hay que escuchar a los que conocen y saben más, e ir entre todos, despacito, abriendo un poco el camino. Tenemos que escuchar a la gente, escuchar también a las instituciones, a las empresas, a los comercios. Porque las realidades no son todas iguales. Cuando digo escuchar me refiero a escuchar la necesidad concreta. Porque a lo mejor la medida puede estar, pero no escucho lo que están pidiendo. Ahora la cuarentena se extiende hasta el 24 y eso también va creando esta sensación de ansiedad, de vacío, de desesperanza, sobre todo en aquellos que están solos. Vivimos todos con la inseguridad de qué va a pasar mañana. Sabemos que hay una crisis pero hay gente que en lo concreto está necesitada hoy. Desde ahí creo que tenemos que plantarnos todos en esa escucha, cada uno desde su lugar. En mi caso escucho la realidad espiritual de la gente que es la razón por la cual estoy en la sociedad. Hay nuevas preocupaciones y nosotros también tuvimos que buscar nuevos modos de acompañar. Tuvimos que aggiornarnos y establecer nuevos modos de cercanía para acompañar a la gente.

-¿Cómo ve la situación de la provincia, donde la pandemia profundizó una crisis económica que venía de arrastre y que derivó, por ejemplo, en el desdoblamiento del pago del aumento salarial a los trabajadores estatales?
-En un aspecto creo que hay como una conciencia colectiva de que todos tenemos que hacer un esfuerzo y no podemos estirar más de lo que se puede estirar. En ese sentido creo que los gremios han, no sé si aceptado, pero sí han ido estudiando cuál es la posibilidad real, porque no tiene sentido que yo reclame lo que el otro no puede darme. El tema es que todos tendrían que hacer el mismo esfuerzo. Inclusive el gobierno, las empresas, todos tenemos que hacer el esfuerzo. En algunas cosas tenemos que achicarnos todos. Pero si vos cada vez que vas al supermercado las cosas siguen aumentando, no estamos haciendo el mismo esfuerzo. Eso genera una tensión social y un reclamo de parte de los trabajadores del Estado, docentes, todos. Entonces hay que estar muy atentos para que todos pongan su parte.

Después hay situaciones que vienen de lejos, conflictos que son duros como el caso de los mineros de Andacollo en este momento. Así como está esta situación puede haber otras que se van a ir destapando que vienen de arrastre, de cosas que no se han sabido acompañar bien. Se ha estirado la situación pero ya se venía cantando que esto n iba más. Entonces ahora esto no va más y hay un conflicto grande ahí.

-Hay una gran responsabilidad del gobierno provincial en ese caso.
-En el sentido de que el contrato de las empresas se hace con el gobierno. De alguna manera el gobierno tiene una responsabilidad mayor frente a estas situaciones. Sé que están haciendo en estos días un compromiso. Pero sabemos también que estas cuestiones políticas que están detrás hay muchos factores y muchos actores y hay cosas que no son tan claras, por lo menos para nosotros, los ciudadanos corrientes. No sabemos bien cuál es el fondo de ciertas situaciones por las cuales se retrasa tanto la solución o la respuesta posible.

-Decía que cada uno tiene que poner su parte. ¿Cómo ve la propuesta del oficialismo de cobrar un impuesto a los ricos?
-En algún sentido es una medida de justicia. Es pedirles, como decimos siempre, a aquellos que tienen más por aquellos que tienen menos. También hay que hacer un discernimiento de cada situación. Es una realidad en la que todos tenemos que poner y el que tenga más tendrá que ayudar al que tiene menos. Es la conciencia fraterna que tendríamos que tener como país y como ciudadanos, y con más razón si somos creyentes. Acá se juega también toda una cuestión que tenemos que ir sanando y que llevará muchos años que es la credibilidad, la confianza, la honestidad de todos los actores que se ponen en juego en estas cosas porque eso es lo que traba muchas veces. La corrupción a veces instalada es 1o que nos ha hecho perder esta credibilidad entre nosotros entonces no creemos demasiado en el uso de los bienes.

-Y también hay mucha resistencia de parte de los sectores más ricos que no quieren perder nada.
-El rico quiere ser más rico. La avaricia es uno de los grandes pecados del corazón del hombre. Cuántas veces nos sorprendemos de que el más pobre es el que más da de su pobreza y el más rico da migajas. Sin generalizar porque obviamente hay gente que es muy generosa, que tiene su dinero, sus bienes, y que han hecho mucho bien. Por eso insisto en escuchar y ver porque no terminamos de ponernos desde la realidad del otro. Para mí que nunca me faltó nada es muy difícil saber qué significa tener hambre, porque nunca tuve. Francisco habla de la 'globalización de la indiferencia'. En el fondo todo el extractivismo, todo el abuso de los bienes naturales tiene esa consigna. Como que yo tengo derecho absoluto sobre la propiedad privada y sabemos que no es así. Es una conciencia que tenemos que transformar. La doctrina social de la Iglesia defiende la propiedad pero nunca con la absolutez con la cual se vive muchas veces la propiedad privada.+