Francisco manifestó su cercanía con las poblaciones seriamente afectadas por las aguas en el estado de Río Grande do Sul, que provocaron 55 muertos, 74 desaparecidos y 107 heridos.
El pontífice recordó que el amor conyugal no depende sólo de la voluntad de dos personas, sino de la presencia de Cristo entre los esposos e instó a "salvar ese testimonio de un amor posible y eterno"