Al término de la asamblea plenaria, en su "Mensaje al Pueblo de Dios", los prelados exhortaron a la paz y reconciliación de los bolivianos como fruto del bicentenario de su patria.
Francisco recordó al cardenal colombiano, que fue arzobispo de Bogotá durante muchos años, como un "pastor abnegado" por el bien de la Iglesia.