Jueves 28 de marzo de 2024

Misa en la catedral porteña a 16 años de la tragedia de Cromañón

  • 31 de diciembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
"Volvemos a reunirnos con grandes amigos que han atravesado una tragedia muy injusta", dijo Mons. Baliña. Emotivo recuerdo de Mons. Lozano, quien desde el primer día acompañó a familiares de víctimas
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Un grupo de familiares y amigos de las víctimas participaron el 30 de diciembre de la misa que se celebró en la catedral metropolitana de Buenos Aires al cumplirse 16 años de la tragedia de Cromañón, el siniestro en un local del Once en el que murieron 194 personas, en su mayoría jóvenes.


La Eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, José María Baliña, quien tuvo a su cargo la homilía, y concelebrada por el presbítero César Femia.


“Hoy volvemos a reunirnos, como desde hace 16 años, con grandes amigos que han atravesado una tragedia muy injusta”, expresó monseñor Baliña. 


El prelado aseguró que ”cada año tratamos de poner esa injusticia en las manos de Dios. Por eso, al comienzo, con el nombre de cada uno decíamos ¡presente! Porque están presentes”.


“¿Cómo una madre se va a olvidar de su hijo? ¿Cómo un padre se va a olvidar de su hija? Están presentes en el corazón de cada uno y en el corazón de Dios. Queremos celebrar que Dios no se desentiende ni se olvida”, destacó. 


Tras reflexionar sobre la lectura del Evangelio, el prelado recordó que en cada misa se celebra el misterio pascual de Jesús. 


“Parecía que todo terminó con la muerte de Jesús pero resucitó y venció a la muerte. Por eso le pedimos que acreciente nuestra fe y nuestra esperanza en volver a abrazarnos”, indicó.


“También vemos el pesebre en estos días de Navidad. ¡Qué angustia habrán sentido la Virgen María y san José para encontrar dónde dar a luz a este bebé! Nadie les abría las puertas. Todo parecía una noche cerrada y oscura. Y encontraron ese lugar impensado en el pesebre”, graficó, y agregó: ”Y así, cuando parece que todo se terminó, Dios dice ‘no, yo estoy acá, el que existe desde el principio’”. 


Monseñor Baliña invitó a pedirle al Señor que “en esta noche oscura de la muerte que celebramos brille esa luz de Navidad. Luz de Belén”.


“Que podamos unirnos a este misterio de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús, porque en Él todos vivimos y encontramos nuestra paz”, concluyó.


El encuentro en memoria de los fallecidos durante un recital de rock del grupo Callejeros finalizó con una oración comunitaria guiada por el padre Femia en Plaza de Mayo, donde se llevó a cabo la tradicional ceremonia de las velas en la que cada una simboliza una víctima de la tragedia.


Emotiva carta de Mons. Lozano
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, quien siendo obispo auxiliar de Buenos Aires acompañó espiritualmente y en la búsqueda de justicia a las familias de las víctimas, les envió una carta expresándoles su cercanía.


“Queridas familias, amigos y amigas de quienes murieron en Cromañón: 


Este año no podré viajar para acompañar, abrazar, compartir la oración y la vida. 


El paso del tiempo nos enseña a tratar con delicadeza y ternura las heridas de la ausencia, la incomprensión, la falta de cuidados por la vida de los jóvenes aún hoy. 


A su vez, nos hemos conocido y contenido con cariño fraterno, ampliando la familia, siendo compañeros de camino. 


En un altarcito cotidiano en mi escritorio tengo un brazalete que me dio un papá en el primer aniversario. Tiene escrito ‘víctimas de Cromañón’ y el dibujo de un par de zapatillas. Lo conservo como una reliquia que me ayuda a tenerlos cerca del corazón en mis oraciones. 


Desde San Juan les hago llegar mi cariño y oración. Ustedes saben cuánto los quiero. Pido al Niño Jesús nos aliente en la esperanza”.


La Iglesia en Buenos Aires, presente
El 30 de diciembre de 2004, durante una recital del grupo de rock Callejeros, se desató un incendio atribuido a una bengala, en el que murieron 194 personas.


Habían pasado unas horas apenas y llegó un telegrama del papa Juan Pablo II, manifestando su "profundo pesar" por las numerosas muertes jóvenes.


La madrugada del 31 de diciembre, el entonces cardenal Jorge Bergoglio visitó a heridos en hospitales, mientras encomendaba a monseñor Eduardo García, otro de sus colaboradores, celebrar misa en Bartolomé Mitre y Ecuador, frente al local nocturno de la tragedia, que hoy es paseo peatonal y recuerda a las víctimas mortales.


La Iglesia viene acompañando desde el momento de la tragedia a los sobrevivientes y padres de los jóvenes muertos. En cada aniversario, se celebra una misa en la catedral metropolitana.+