Jueves 25 de abril de 2024

"Una nación libre debe construir para crecer en paz y bienestar"

  • 10 de julio, 2012
  • Mendoza (AICA)
Ayer, lunes 9 de julio, el arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia presidió el tedeum por el Día de la Independencia, en la parroquia San Carlos Borromeo, en el Valle de Uco. El prelado resaltó que quien ama de veras considera como propias las necesidades de los demás y "busca la armonía en las relaciones humanas, con sencillez de corazón". También advirtió que "una nación grande no puede fundarse en ideales mezquinos, ni en el provecho de pocos; no puede dejar de preocuparse y de defender a los más débiles".
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Ayer, lunes 9 de julio, el arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia presidió el tedeum por el Día de la Independencia, en la parroquia San Carlos Borromeo, en el Valle de Uco.

"Celebramos hoy el día de la independencia nacional, y siguiendo una arraigada costumbre, dedicamos un momento a reconocer la protección de Dios. Expresamos así una visión creyente de la vida humana y de la historia, respetando las creencias personales", manifestó el prelado.

"La confianza en el Señor ?dijo- le hace decir al pueblo, que aunque sus planes humanos se desbaraten, les consuela que el designio divino permanece para siempre. Dios conoce bien todo lo que les pasa; no sólo los observa, sino que los quiere y hasta modela sus corazones. De ahí brota una convicción: ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se eligió como herencia!".

Monseñor Arancibia señaló que "la verdad es un anhelo del ser humano, y buscarla siempre es un ejercicio de auténtica libertad. Muchos intentan eludir esta tarea. Esta actitud escéptica hace que el corazón se vuelva frío y distante" y añadió que hay personas que "interpretan mal esa búsqueda de la verdad; que se encierran en `su verdad´, e intentan imponerla a los demás. En realidad, fe y razón son caminos necesarios y complementarios, en la búsqueda de la verdad. Todo ser humano ha de indagar la verdad, y optar por ella cuando la encuentra, aun a riesgo de afrontar sacrificios".

El pastor mendocino afirmó que "la verdad sobre el hombre es un presupuesto ineludible para alcanzar la libertad. En ella se descubren el fundamento de una ética, con la que todos pueden confrontarse; que contiene formulaciones claras y precisas sobre la vida y la muerte, los deberes y los derechos, el matrimonio, la familia y la sociedad, el cuidado responsable de la naturaleza".

"El creyente ?aseguró el arzobispo- está llamado a ofrecer la verdad a sus contemporáneos, como lo hizo el Señor, incluso ante el sombrío presagio del rechazo y de la cruz. Encontrar la verdad que libera, garantizada por Jesucristo, permite comenzar el camino del respeto mutuo y del amor sincero. No sólo en el marco de la familia y de la amistad, sino también de la convivencia social".

El prelado resaltó que quien ama de veras considera como propias las necesidades de los demás y "busca la armonía en las relaciones humanas, con sencillez de corazón. El que permanece en la búsqueda de la verdad, no presume de sabio, ni de saberlo todo. Quien se ejercita y crece en amar según el Evangelio, perdona al que lo ofende o persigue. Hasta logra vencer el mal -dice el texto bíblico- haciendo el bien".

Monseñor Arancibia advirtió que "una nación libre y soberana no puede dejar de buscar a toda costa la verdad; tanto sobre el hombre, como sobre las cosas que hacen al cuidado y bienestar de su existencia. Una nación grande no puede fundarse en ideales mezquinos, ni en el provecho de pocos; no puede dejar de preocuparse y de defender a los más débiles. Ha de comprometerse en construir una comunidad, edificada por todos, y donde todos puedan crecer en paz y bienestar".

Como conclusión, el arzobispo de Mendoza instó a "elevar una súplica confiada en la ayuda de Dios, que a su vez nos comprometa de veras en poner de nuestra parte la sincera voluntad de colaborar, para edificar una sociedad en paz y progreso compartido". +

Texto completo de la homilía