Jueves 28 de marzo de 2024

Siete viernes para preparar la fiesta al Señor de Sumalao

  • 20 de abril, 2012
  • Sumalao (Salta)
El pasado 13 de abril comenzó el rezo de los siete viernes en honor del Señor de Sumalao, con una misa en el santuario de la localidad salteña de Sumalao, donde se pidió por el aumento de la fe. El 27 de mayo, se realiza la denominada "Fiesta chica". Ese día habrá misas a las 9 y a las 11. En tanto, la "Fiesta grande" será el 3 de junio con una celebración eucarística solemne presidida a las 10.30 por el arzobispo de Salta, monseñor Antonio Mario Cargnello, y con la procesión y tradicional homenaje de los misachicos.
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El pasado 13 de abril comenzó el rezo de los siete viernes en honor del Señor de Sumalao, con una misa en el santuario de la localidad salteña de Sumalao, donde se pidió por el aumento de la fe.

Todos los viernes posteriores habrá misas a las 11 y a las 17, y se rezará por intenciones particulares cada día, hasta el 25 de mayo, cuando comenzará la novena preparatoria.

Hoy, 20 de abril, se pedirá por los enfermos y los ancianos, por lo que también se impartirá el sacramento de la Unción de los Enfermos; el 27 de abril por "la Iglesia, el Papa, los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y las vocaciones"; el 4 de mayo por los adolescentes y jóvenes; el 11 de mayo por los cofrades, peregrinos y sus intenciones; el 18 de mayo por las familias y los niños; y el 25 de mayo, por "nuestra Iglesia, nuestro decanato y nuestras parroquias".

El martes 1º de mayo, se celebrará el Día de los Trabajadores y habrá misas en el mismo horario, con bendición de vehículos.

Fiesta chica, fiesta grande
El 27 de mayo se realiza la denominada "Fiesta chica", con misas a las 9 y a las 11.
En tanto, la "Fiesta grande" será el 3 de junio con una celebración eucarística solemne presidida a las 10.30 por el arzobispo de Salta, monseñor Antonio Mario Cargnello, y con la procesión y tradicional homenaje de los misachicos.

Origen de la devoción
A comienzos del siglo XVII, don Gabriel de Torres y Gaete, volviendo del Alto Perú, traía entre sus equipajes una copia del Señor de Vilque para su hacienda de El Pucará. Cuando atravesaba el paraje denominado "Sumalao" (lugar hermoso), la mula que traía el bulto con aquel inmenso cuadro, se desprendió de la tropa y fue encontrada en el mismo lugar anterior.

Los arrieros azotaron para proseguir, pero fueron en vano sus esfuerzos.

Ante la situación y como ferviente creyente, don Gabriel de Torres interpretó que el Señor quería quedarse en ese lugar hermoso. Se ordenó entonces que se descargara el cuadro y se lo dejara bajo un algarrobo al cuidado y culto de los lugareños.

Con el correr de los años, se erigió una capilla para celebrar la voluntad del "Señor de Vilque", que recibe cultos de los miles de peregrinos de toda la provincia y otros lugares.

Los creyentes le atribuyen poderes curativos al agua de la acequia, que pasa por delante del templo, como así también al sebo de las velas encendidas por los devotos, considerándolo como un bálsamo milagroso.+