Martes 23 de abril de 2024

San Isidro celebró la 24º edición de la Pascua Joven

  • 10 de abril, 2012
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
Durante Semana Santa, 3.000 adolescentes de los últimos años del secundario y de diferentes realidades sociales, participaron de la 24º edición de la Pascua Joven, un campamento-convivencia con momentos de reflexión y de diversión. Se llevó a cabo en el colegio Marín, de San Isidro, y monseñor Oscar Ojea, el nuevo obispo de San Isidro, compartió con los jóvenes sus preocupaciones y experiencias de vida. La idea de esta iniciativa, organizada por el equipo de Pastoral Juventud de San Isidro, es que los jóvenes vivan una Semana Santa más espiritual y se comprometan con el contexto al que pertenecen.
Doná a AICA.org
Durante Semana Santa, 3.000 adolescentes de los últimos años del secundario y de diferentes realidades sociales, participaron de la 24º edición de la Pascua Joven, un campamento-convivencia con momentos de reflexión y de diversión.

Se llevó a cabo en el colegio Marín, de San Isidro, y monseñor Oscar Ojea, el nuevo obispo de San Isidro, compartió con los jóvenes sus preocupaciones y experiencias de vida.

45 organizadores, 107 servidores y 570 coordinadores conformaron el equipo que durante un año se reunió a pensar todos los detalles para acoger de la mejor manera a los casi 3.000 adolescentes de diferentes diócesis que optaron por vivir la Pascua reflexionando sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y cómo esto se traslada a la vida cotidiana.

La idea de esta iniciativa, organizada por el equipo de Pastoral Juventud de San Isidro, es que los jóvenes vivan una Semana Santa más espiritual y se comprometan con el contexto al que pertenecen. El presbítero Francisco Peña, organizador del encuentro, señaló que cada año aumenta el número de participantes "que buscan algo más".

Monseñor Oscar Ojea le dijo a los jóvenes: "Todos los seres humanos, pertenezcamos a la raza que pertenezcamos y tengamos la edad que tengamos, somos mendigos de amor, necesitamos que nos quieran y nos tengan en cuenta. Cuando nos damos cuenta de que no es así, esto nos hace sufrir, nos evadimos, nos escapamos".

El prelado señaló que "el alcohol nos hace evadir cosas que tenemos que enfrentar, porque el sufrimiento, sea del cuerpo, del alma o del corazón, pertenece a la vida humana y no podemos escapar de él".

El pastor de San Isidro invitó a los jóvenes a comprometerse socialmente: "La Pasión de Cristo no fue escrita para conmovernos sino para transformarnos. Cristo atraviesa todo el sufrimiento humano. Lo que tenemos que ver en la cruz es el amor. Al adorar la cruz pensemos en nuestros hermanos, los que tenemos que servir, los que están en condiciones de indignidad, aquellos que podamos acompañar para que puedan recuperar su dignidad, su valor."

El encuentro estuvo armado para que los chicos hicieran un proceso de reflexión y valoración de lo que viven. El Jueves Santo se los invitó a tomar conciencia de dónde vienen, a hacerse sus propias preguntas radicales y ver hacia dónde se dirigen. Ese día reflexionaron sobre las cosas que les dan felicidad hoy, sobre el valor del tiempo y del silencio, y sobre la connotación de "ser semillas".

El Viernes Santo, día de la crucifixión de Cristo, los jóvenes participantes meditaron individualmente en "desiertos" y luego compartieron en grupos sus reflexiones sobre qué era lo que les pesaba y tocaba cargar ?en referencia a la cruz de Cristo-, y también con qué apoyos y ayudas podían contar.

El Sábado Santo fue un día para comprometerse a poner manos a la obra, responsabilizarse e involucrarse con la realidad que les toca vivir.

La vuelta a las casas se concretó el Domingo de Pascua al mediodía, con la idea de que cada chico comparta con su familia el último tramo de la Pascua y la experiencia vivida durante el campamento. +