Viernes 29 de marzo de 2024

Rezan por la beatificación del Siervo de Dios Antonio Solari

  • 31 de julio, 2014
  • Buenos Aires (AICA)
El domingo 14 de julio la comunidad parroquial de Nuestra Señora de Las Victorias celebró el 69º aniversario de la muerte del siervo de Dios Antonio Solari, laico vicentino y redentorista, fallecido en 1945 y sepultado en la entrada derecha del templo parroquial. Su testimonio de caridad cristiana le valió ser recordado como "un santo" durante su vida, por el arzobispo porteño, cardenal Santiago Luis Copello, y por sacerdotes y laicos que lo conocieron y trabajaron con él. Junto con el padre Federico Grote, fundó los Círculos Católicos de Obreros y fue incansable su servicio a los más pobres y abandonados.
Doná a AICA.org
El domingo 14 de julio la comunidad parroquial de Nuestra Señora de Las Victorias celebró el 69º aniversario de la muerte del siervo de Dios Antonio Solari, laico vicentino y redentorista, fallecido en 1945 y sepultado en la entrada derecha del templo parroquial (Paraguay 1204, Buenos Aires).

Su testimonio de caridad cristiana le valió ser recordado como "un santo" durante su vida, por el arzobispo porteño, cardenal Santiago Luis Copello, y por sacerdotes y laicos que lo conocieron y trabajaron con él. Junto con el padre Federico Grote, fundó los Círculos Católicos de Obreros y fue incansable su servicio a los más pobres y abandonados.

En ocasión del aniversario, la vicepostuladora de la causa de beatificación del siervo de Dios Antonio Solari, Mabel Bacigaluppi, escribió en la revista parroquial Las Victorias un artículo titulado:

"Antonio Solari, un laico que se animó a ser misericordioso".
Antonio Solari (1861-1945), se dejó enamorar por la misericordia del Señor. Los expertos señalan este atributo como el más adecuado para referirnos al amor desbordante de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo hacia cada uno de los hombres y mujeres no importa su raza, su condición o credo que profesan. La misericordia, a veces confundida con la debilidad, es en realidad, fortaleza. Etimológicamente proviene de dos palabras "miseri" y "cors": misterio de amor que proviene del corazón de Dios que se abaja y abraza a su hijo sufriente, es el Dios que tiene el corazón con los pobres y para los pobres.

Los cuatro últimos papas priorizaron el tema de la misericordia. Juan Pablo II explicó que "es fuente inagotable de esperanza". El papa Francisco repite con cariño que "no se cansen de ser misericordiosos". En el templo de Las Victorias hay una imagen de Jesús Misericordioso, anunciando con sus rayos blancos y rojos este inefable don divino, difícil de explicar, una misteriosa combinación de amor, compasión y perdón.

En el Antiguo y en el Nuevo Testamento hay muchos textos que reiteran esta buena noticia: "El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia" (Salmo 102,8-10); una de las bienaventuranzas dice: "Felices los misericordiosos porque obtendrán misericordia" (Mt 5,7); san Pablo dice que "Dios es rico en misericordia" (Efesios 2,4), "Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo que nos conforta en nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios" (2 Cor 1,3-4).

Antonio Solari se dejó llevar por este espíritu de la misericordia. Su amor por el Señor y María ensanchó su corazón de paz, humildad y alegría, que con su constante sonrisa y compromiso social, le valió el cariño de todos. Muchos laicos, sacerdotes y autoridades eclesiásticas lo consideraron "un santo en vida". Tuvo que renunciar a su vocación sacerdotal para mantener económicamente a su familia. Trabajó durante más de cincuenta años en el arzobispado de Buenos Aires como "colector de rentas", hoy diríamos contador. Y dedicaba el resto de la jornada y esfuerzos a un sinnúmero de apostolados en y fuera de la parroquia, especialmente evangelizando a pobres y abandonados con la ayuda de profesionales de renombre dentro de la sociedad argentina de su época.

El papa Francisco exhorta a "salir de nosotros mismos e ir a las periferias existenciales y geográficas", siendo alegres, confiando en Dios que siempre perdona; valorando los vínculos, cuidándonos, experimentando así la alegría del servicio anónimo. Así vivió Antonio Solari, un hombre del Espíritu: incansable, con obras concretas, testimoniando el Evangelio del amor, del encuentro, de la aceptación de la cruz, de la esperanza siempre nueva.

Su proceso de beatificación lleva ya muchos años y está en fase romana. Queremos difundir su vida, rezar personalmente y en comunidad por su beatificación e invitamos a todos, los días 14 de cada mes, durante el año, a la misa de 19, en el templo de Las Victorias, con esta intención. Así como vamos conociendo su vida, le pedimos por nuestras intenciones por diversas necesidades como salud, problemas de vivienda, trámites, problemas de trabajo, sobre los cuales se han dado muestras claras de gracias recibidas.

Se necesita un milagro para su beatificación: debe ser debidamente certificado por médicos que no puedan explicar científicamente la curación de un enfermo terminal. Esto nos explicaría que la santidad es un don de Jesús a su Iglesia. Jesús elige a personas en las cuales quede clara su labor santificadora.

Invitamos también a rezar ante su tumba a la entrada derecha del templo, y a completar libremente unas fichas, disponibles en la secretaría parroquial (de martes a sábado, de 9 a 20) en las que se deja constancia de peticiones o gracias recibidas. (Mabel Bacigaluppi: mabelbaci@fibertel.com.ar).+