Miércoles 24 de abril de 2024

Recordarán al P. Etcheverry Boneo a 100 años de su natalicio

  • 14 de septiembre, 2017
  • Buenos Aires (AICA)
Con motivo del centenario del nacimiento del Siervo de Dios Pbro. Luis María Etcheverry Boneo, el arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Card. Mario Poli, presidirá una misa en la catedral de Buenos Aires el lunes 18 de septiembre a las 9,30, en la que se agradecerá públicamente por el sacerdocio del padre Etcheverry Boneo y se pedirá por el progreso de su causa de canonización.
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Con motivo del centenario del nacimiento del Siervo de Dios presbítero Luis María Etcheverry Boneo, el arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, presidirá una misa en la catedral de Buenos Aires el lunes 18 de septiembre a las 9,30, en la que se agradecerá públicamente por el sacerdocio del padre Etcheverry Boneo y se pedirá por el progreso de su causa de canonización.

La celebración eucarística está organizada por las personas e instituciones que integran su familia espiritual: Monseñor José Bonet Alcón, postulador de la causa de canonización; Asociación Servidoras, Colegio Padre Luis María Etcheverry Boneo, Asociación Argentina de Cultura, Asociación Cristo Sacerdote, Sociedad Argentina de Cultura y Colegio San Pablo.

Siervo de Dios Luis María Etcheverry Boneo
Luis María Etcheverry Boneo nació en Buenos Aires el 18 de octubre de 1917. Sus padres fueron Rómulo Etcheverry Boneo, abogado y miembro de la Suprema Corte de Justicia de La Plata y Julia Justina Barrios. Realizó sus estudios primarios en La Plata. Al cumplir los doce años manifestó a sus padres el deseo de entrar en el seminario. Aconsejado por su tío abuelo, monseñor Agustín Boneo, obispo de Santa Fe, antes de entrar en él, cursó los estudios de la secundaria en distintos colegios maristas de la Plata y de la Capital Federal.

En 1936, tras unos cursos en la Facultad de Derecho, ingresó en el seminario de Villa Devoto. Seis meses después, al reconocer sus sobresalientes dotes de inteligencia y su profunda vocación sacerdotal, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Santiago Luis Copello, y el rector del seminario padre Germán Rinsche SJ, de común acuerdo, dispusieron que Luis fuera enviado a Roma, para que continuara sus estudios de filosofía y teología en la Universidad Gregoriana, donde recibió la licencia y el doctorado. Completó su formación eclesiástica en el Colegio Pío Latinoamericano. El 11 de abril de 1941 fue ordenado sacerdote en Roma.

A causa de la Segunda Guerra Mundial, el cardenal Copello lo llamó de regreso a Buenos Aires. Con ello debió interrumpir sus estudios de doctorado. Llegó a la Argentina el 10 de noviembre de 1943. En Buenos Aires se le encomendaron distintas tareas eclesiales en parroquias y colegios, en círculos y centros de Acción Católica, en el seminario arquidiocesano y en la misma curia arquidiocesana, en los Cursos de Cultura Católica.

Durante casi diez años fue el principal gestor ante las autoridades civiles y religiosas de la fundación de la Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires. Entre múltiples iniciativas culturales, fundó la Sociedad Argentina de Cultura, de la que dependían cinco colegios universitarios. Creó el colegio San Pablo para varones y, más tarde, el colegio San Pablo para mujeres, actualmente colegio Luis María Etcheverry Boneo. En 1961 creó la Fundación Cultural Argentina en la estancia La Armonía, como centro de espiritualidad, evangelización y cultura. En 1952 fundó la Asociación de las Servidoras, nueva forma de vida consagrada, destinada a colaborar en las distintas tareas de la evangelización y de la cultura.

Maestro innato, se dedicó continuamente a la enseñanza a través de cursos, conferencias, homilías, retiros. Sin embargo, destinó su mayor tiempo y energía a la formación y a la dirección espiritual de las personas, en las que supo despertar el anhelo de la santidad.

En 1971, durante un viaje a Roma, se detuvo en Madrid. En este viaje comenzó a sentirse indispuesto, por lo que fue llevado al Sanatorio-Hospital San Pedro, donde el 18 de marzo entregó su alma a Dios.

Sus restos mortales fueron trasladados a Buenos Aires donde, en la capilla de las Servidoras se llevó a cabo el velatorio. La misa exequial fue celebrada en el templo parroquial de Nuestra Señora del Pilar, por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Caggiano, cuyas palabras resonaron en el templo: "El Padre Etcheverry fue, sin duda, un sacerdote para el prójimo, para los hermanos en la fe, para la juventud, para los futuros apóstoles de Cristo, para quienes están llamados a ser dirigentes en todas las actividades y sectores sociales".+