Sábado 20 de abril de 2024

Mons. Corral a los jóvenes: La Cruz de Matará es puerta hacia la vida y la esperanza

  • 9 de mayo, 2022
  • Añatuya (Santiago del Estero) (AICA)
La tradicional peregrinación congregó a unos 500 jóvenes, no sólo de Añatuya, sino también de la provincia de Santiago del Estero y del resto del país.
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Tras dos años de no realizarse a causa de la pandemia, el sábado 7 y el domingo 8 de mayo se llevó a cabo nuevamente la Peregrinación Juvenil a la Cruz Catequística de Matará. Los jóvenes peregrinos, provenientes de distintos puntos de la diócesis, se reunieron en Añatuya y en Suncho Corral, desde donde partieron para recorrer el camino hacia el santuario de Matará.

Durante los casi 60 kilómetros de camino al santuario, los jóvenes fueron acompañados y asistidos por un grupo de servidores, compartieron canciones y oraciones que reflejaron el espíritu, las emociones y vivencias que representa esta tradicional peregrinación. Con la cruz en alto, los primeros peregrinos comenzaron a llegar al santuario de Matará para compartir la celebración de la Eucarístía que fue presidida por el obispo de Añatuya, monseñor José Luis Corral SVD.

En la homilía, el obispo recordó que “aquí estamos nuevamente junto a la Cruz de Matará, con cientos de jóvenes que han hecho el camino de casi 60 kilómetros y en este año donde cobra más significación al recorrerlo y reflexionarlo desde la ‘sinodalidad’, caminando todos juntos en comunión, participación y misión”.

Monseñor José Luis Corral SVD pidió “mirar la cruz y anclar el corazón”, porque “el Señor resucitado camina con nosotros y su Espíritu actuando en medio nuestro alimenta el entusiasmo, hace germinar sueños, suscita profecías, hace florecer esperanzas. En el corazón de cada joven, que es verdadera ‘tierra sagrada’, se han sembrado semillas de vida divina que ya germinan y son portadoras de esperanza que los lleva siempre para adelante. Es ese corazón que hoy ofrecemos y unimos al corazón de Jesús, el Buen Pastor”.

Parafraseando una canción que dice “llegamos a puerto seguro donde queremos anclar el corazón, no nos vencerán los vientos, porque sabemos que el corazón es salvado por el amor”, el obispo de Añatuya recordó que “aquí anclamos nuestro corazón porque por el amor de Jesucristo fuimos salvados, liberados y hoy sigue rescatándonos”.

Recordó que el papa Francisco les decía a los jóvenes: “Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Y si pecas y te alejas, Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz”.

“Cuando contemplamos la Cruz de Matará no nos encontramos con una cruz vacía, es una cruz catequística-misionera, allí se nos anuncia el Misterio de la fe y de nuestra salvación. Allí está tallada la vida de Nuestro Señor Jesucristo y el mensaje de su Evangelio. En esa Cruz podemos imaginar también incrustados y tallados todos nuestros nombres, con nuestras historias personales, las de cada uno, con sus heridas y con sus alegrías, con sus aciertos y errores, con su lado luminoso y con sus sombras”, continuó monseñor Corral.

Asimismo, el prelado alentó a que “repasemos por el corazón a tantos chicos y chicas que hoy no se sienten queridos, reconocidos y valorados por alguien; sin nombres ni rostros, como si fueran solo objetos que se pueden manipular y no historias vivas para compartir. A ellos les decimos qué Jesús los tiene tatuados en su corazón, los conoce y llama a cada uno por su nombre como el pastor a sus ovejas”.

Recordó también que la Cruz de Matará “es la cruz por donde pasó Jesucristo y nos dejó la prueba máxima de su amor: dar la vida por sus amigos”, y subrayó que “una cruz sin Jesucristo no tiene sentido y es insoportable” porque “la Cruz, para nosotros los cristianos, es el camino para llegar a destino, es camino estrecho y no es atajo, pero es senda segura porque podemos seguir las huellas de nuestro Maestro y Señor”.

En esa cruz, el obispo de Añatuya pidió que “hagamos presente a las chicas y chicos, personas conocidas y amigos, que confundidos y desorientados se han dejado seducir por falsas promesas y son víctimas de adicciones, de la violencia y de tantas otras formas que como ‘lobos’ arrebatan y devoran sus vidas. Los manipulan con el consumismo y los utilizan con sus ideologías para sus propios fines”. 

“Jesús, Buen Pastor, nos quiere defender de toda amenaza y de quienes están al acecho para atraparnos en sus redes. Ya nos ha dado la prueba que ha dado su propia vida y se ha jugado todo por nosotros porque nos quiere vivos y libres, no esclavos ni tristes”, agregó.

Por su parte, además, monseñor José Luis Corral SVD remarcó que “la cruz es puerta que se nos abre para pasar de la muerte a la promesa de vida, a la esperanza y al nuevo amanecer. Por esa puerta o ventana abierta recibimos el aliento y el soplo que nos recrea y vivifica, es el soplo del Espíritu Santo, el que Jesús crucificado entrega al expirar. Sin este aire nuevo nos enfermamos, asfixiamos y morimos; sin este aliento respiramos descomposición y aire contaminado”.

En ese sentido, invitó a que “traigamos la vida de tantos chicos y chicas a quienes se les cierran puertas, que no se les brindan oportunidades y posibilidades para trabajar, estudiar, soñar y construir un proyecto de vida que los realice”, al tiempo que señaló: “Con Jesús abramos puertas de encuentro con los otros, abramos corazones y cabezas para imaginar y gestar ambientes y caminos dónde ningún joven quede sin trabajo, sin educación, sin futuro”.

Además, el obispo instó a mirar la Cruz de Matará, no como un tronco seco y oscuro, sino como “un árbol vivo qué hunde sus raíces en nuestra tierra santiagueña, que acompaña a la comunidad desde los inicios de la evangelización por estos lados y desde hace más de 400 años, que tiene profundas raíces y ha extendido su ramaje, ha sido testigo del acontecer histórico, de las luchas por la emancipación y por construir una provincia más justa y fraterna”. 

“Como árbol que se eleva hacia el cielo, recoge todos los gritos y oraciones, súplicas y alabanzas, que nuestros antepasados y hoy nosotros les presentamos, todo lo que nos duele y nuestras carencias, como así también, nuestra gratitudes y logros”, señaló monseñor José Luis Corral SVD.

Finalmente, pidió mirar a la Cruz de Matará como cruz catequística que acompaña el anuncio evangelizador, para que “también a ustedes jóvenes con ella evangelicen a otros jóvenes y les muestren la alegría del Evangelio. Que cada joven se atreva a sembrar el primer anuncio en esa tierra fértil que es el corazón de otro joven”.+

» Texto completo de la homilía

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