Padre Zollner: "El desafío es hacer todo lo posible para que los abusos no se repitan"

El padre Hans Zollner SJ, miembro del Pontificio Consejo para la Protección de los Menores, compartió sus reflexiones con los obispos que participan de la 118ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que se desarrolla en la casa de ejercicios El Cenáculo (La Montonera), de Pilar.



En diálogo con la Oficina de Prensa y Comunicación de la CEA, el sacerdote jesuita dijo que la visita a la Argentina es para él “una situación de privilegio y una oportunidad de encontrarme” con los obispos del país y con los que integran la comisión episcopal que trabaja en la prevención de abusos.



El religioso valoró también haber podido compartir sus “reflexiones y deseos para la construcción de una Iglesia más segura” con un grupo de formadores de vida religiosa del seminario de éste y otros países.



“Estoy muy agradecido por la invitación de la Conferencia Episcopal Argentina porque he visto que muchos obispos, con los cuales he tenido la ocasión de conversar en este día, están muy comprometidos en este asunto tanto sea en la escucha de víctimas como asimismo en el acompañamiento de las personas que necesitan una atención particular, como por ejemplo los familiares de víctimas y otros. He notado un gran compromiso con la visión de prevención de abusos en el futuro”, destacó.



En su reflexión ante el plenario episcopal, el padre Zollner sostuvo: “Los desafíos de la Iglesia en el mundo de hoy son, ciertamente, el deber de hacer todo lo posible a fin de que no se repitan los casos de abuso, de ser honestos con los casos que se han producido a lo largo de los últimos tiempos”.



“Tenemos que ser abiertos a recibir las sugerencias, también, del mundo de las ciencias, del mundo de las organizaciones que están trabajando sobre la prevención de abusos contra menores y a personas en situación de vulnerabilidad desde hace muchos años”, agregó.



El sacerdote consideró que “la Iglesia puede contribuir con su sistema de educación, con su misión pastoral, social y en una manera verdaderamente importante a la seguridad de las personas más vulnerables en una sociedad, que son los niños y las niñas y puede, como Iglesia, auxiliar en un aspecto que los demás no tienen, no pueden acudir, que es el aspecto espiritual”.



“Ciertamente la fe puede ayudar a elaborar no solo las heridas del pasado y poder encontrar un camino de esperanza, sino que también la fe puede motivar a hacer todo lo posible a los fines de que las personas jóvenes puedan encontrar en Jesús su confianza y su modelo de vida. Esa es la misión principal de la Iglesia”, aseguró.



“Comprometidos para la prevención podemos ser testigos del reino de Dios, que quiere que nosotros estemos al lado de los más indefensos, de los más necesitados, que son los jóvenes, los niños y las niñas; estamos juntos en esta misión. Es mi oración y mi deseo para toda la Iglesia en la Argentina”, añadió.



Estuvieron presentes en las sesiones miembros del Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables, organismo dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina.



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