Jueves 18 de abril de 2024

Obispos canadienses defienden el derecho de conciencia ante el suicidio asistido

  • 10 de noviembre, 2016
  • Vancouver (Canadá)
A sólo unos pocos meses de distancia de la aprobación del suicidio asistido por parte del Parlamento de Canadá, las tensiones están aumentando en los centros de salud de la región de Ontario. Cinco médicos presentaron una denuncia legal contra el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario pidiendo que los médicos que se niegan a participar en el suicidio asistido o en el aborto, deben indicar a los pacientes otros médicos dispuestos a hacerlo. Dado que la situación se ha vuelto muy tensa y delicada, la arquidiócesis de Toronto y la de Vancouver, decidieron unirse a la organización "Coalition for Health Care and Conscience" para representar a los médicos católicos que piden derecho de conciencia ante estos casos.
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A sólo unos pocos meses de distancia de la aprobación del suicidio asistido por parte del Parlamento de Canadá, las tensiones están aumentando en los centros de salud de la región de Ontario.

Cinco médicos presentaron una denuncia legal contra el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario pidiendo que los médicos que se niegan a participar en el suicidio asistido o en el aborto, deben indicar a los pacientes otros médicos dispuestos a hacerlo.

Dado que la situación se ha vuelto muy tensa y delicada, la arquidiócesis de Toronto y la de Vancouver, decidieron unirse a la organización "Coalition for Health Care and Conscience" para representar a los médicos católicos que piden derecho de conciencia ante estos casos.

Monseñor Ronald Peter Fabbro, CSB, obispo de London y presidente de la Asamblea de obispos católicos de Ontario, afirmó que los obispos de la provincia decidieron poner como prioridad absoluta la protección del derecho de conciencia.

El Parlamento canadiense legalizó el suicidio asistido en el mes de junio por orden de la Corte Suprema de Canadá.

La British Columbia, una autoridad sanitaria local, sugirió exigir a todas las instituciones financiadas con fondos públicos que proporcionen servicios de suicidio asistido, incluyendo hospitales católicos y casas de reposo para ancianos. El arzobispo de Vancouver, monseñor J. Michael Miller, expresó en varias ocasiones su oposición a la propuesta.+