Miércoles 24 de abril de 2024

Obispos canadienses advierten el uso de eufemismos para legalizar la eutanasia

  • 4 de febrero, 2014
  • Quebec (Canadá)
"Causar la muerte a una persona no es cuidar de ella", afirmaron los obispos de Quebec, Canadá, al rechazar el proyecto de ley 52 que se evalúa en la Asamblea Nacional por ser contrario al derecho a la vida. "La ley propuesta, de ser adoptada, legalizaría la eutanasia bajo el nombre de ayuda médica en la muerte", advirtieron los prelados. Por este motivo, exhortan, el proyecto de ley "no debe aprobarse". "Una inyección letal no es un tratamiento. La eutanasia no es una forma de cuidado", señalan.
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"Causar la muerte a una persona no es cuidar de ella", afirmaron los obispos de Quebec, Canadá, al rechazar el proyecto de ley 52 que se evalúa en la Asamblea Nacional por ser contrario al derecho a la vida.

"La ley propuesta, de ser adoptada, legalizaría la eutanasia bajo el nombre de ayuda médica en la muerte", advirtieron los prelados. Por este motivo, exhortan, el proyecto de ley "no debe aprobarse". "Una inyección letal no es un tratamiento. La eutanasia no es una forma de cuidado", señalan.

"En Quebec, el acto de causar la muerte podría ser considerado una forma de "cuidado" que podría ser "administrado" a los enfermos terminales", denunciaron los Obispos en una declaración del pasado 23 de enero. En la comunicación rechazaron el uso del lenguaje empleado para introducir la práctica sin despertar conciencia.

Los obispos también aclararon la doctrina moral de la Iglesia ante los casos de tratamientos desmedidos que se emplean para promover la eutanasia. "Nosotros ya tenemos el derecho a renunciar al sobretratamiento. Nosotros ya tenemos derecho a que nuestras vidas no sean artificialmente prolongadas mediante la conexión a todo tipo de equipos", explicó la Asamblea Plenaria de Obispos Católicos de Quebec. "Esto ya está dado: no necesitamos una nueva ley para garantizarlo".

"De lo que se trata la ley 52 es de permitir a los médicos causar la muerte directamente", declararon los prelados canadienses. "Esto va en contra de los valores humanos más fundamentales y contradice el propósito de la medicina. Ocasionar la muerte a un paciente no es un acto médico".+