Martes 23 de abril de 2024

Nuestro pueblo necesita esperanza, dijo el Card. Ezzati en Tedeum patrio

  • 20 de septiembre, 2016
  • Santiago (Chile) (AICA)
"La esperanza es lo más urgente que nuestro pueblo necesita, porque la manera como nos situamos ante el futuro, de alguna forma, modela nuestro presente. El futuro repercute en la manera cómo orientamos nuestra convivencia y la vida social", expresó el arzobispo de Santiago, Chile, cardenal Ricardo Ezzati, durante el solemne Tedeum, realizado el domingo 18 de septiembre, en la catedral metropolitana, con motivo de las Fiestas Patrias, en presencia de las más altas autoridades del país.
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"La esperanza es lo más urgente que nuestro pueblo necesita, porque la manera como nos situamos ante el futuro, de alguna forma, modela nuestro presente. El futuro repercute en la manera cómo orientamos nuestra convivencia y la vida social", expresó el arzobispo de Santiago, Chile, cardenal Ricardo Ezzati, durante el solemne Tedeum, realizado el domingo 18 de septiembre, en la catedral metropolitana, con motivo de las Fiestas Patrias.

La ceremonia contó con la presencia de la presidenta Michelle Bachelet, ministros de Estado, representantes de las Fuerzas Armadas y del orden, obispos, sacerdotes, así como líderes de otras confesiones cristianas, musulmanes, judíos y autoridades civiles.

La primera mandataria opinó que el mensaje de esperanza del cardenal Ezzati resulta "muy necesario" ya que "la gente espera: vivir mejor, en paz y con mejores condiciones de vida digna. En eso estamos trabajando".

El arzobispo de Santiago abordó el tema de la esperanza, "que invita a mirar hacia adelante", y expresó que "nos hemos reunido en este lugar sagrado porque nos anima y asiste el anhelo y la voluntad de alcanzar, hoy y en el futuro, esa plenitud que aún no poseemos".

"Al considerar nuestras propias actividades presentes, dijo el purpurado, descubrimos en ellas una tensión hacia el futuro: elaboramos proyectos y planificamos políticas; se planean estrategias, se calculan presupuestos, se ensayan previsiones, etcétera, siempre en función del futuro. Gran parte de nuestras actividades están orientadas hacia lo que aún no poseemos, pero que esperamos llegar a poseer".

"Aspiramos a una educación de mayor calidad para todos y, especialmente, para los más carenciados; anhelamos mejorar el mundo laboral aumentando empleos de calidad y logrando salarios más éticos; aspiramos a que nuestros adultos mayores puedan vivir con mayor dignidad y que nuestros niños puedan desplegar sus alas para volar alto en la vida; deseamos pensiones dignas para los jubilados, acogida e integración para los numerosos inmigrantes y trato justo y fraterno para los pueblos originarios de nuestro país".

"Aspiramos a que la violencia sea enfrentada y derrotada con clarividencia y honestidad, buscamos una praxis política y empresarial libre de corrupción y, desde lo más profundo de nuestra conciencia de hombres y mujeres que buscan unir fe y razón, esperamos que crezca el debido reconocimiento y respeto al derecho a la vida, desde la concepción a la muerte natural".

Más adelante, el pastor indicó que "Se mata esperanzas alimentando la sensación que los problemas nunca serán resueltos. Por otra parte ¡cuántas ilusiones nos vienen vendidas y cuántas nuevas esclavitudes creamos en nombre de estos falsos ídolos! ¿Es razonable seguir esperando? ¿No sería más realista dejar de esperar, abriendo espacios a formas anárquicas o centradas exclusivamente en los propios intereses individuales?".

En otra parte de su homilía, el arzobispo afirmó: "Vivimos una época marcada por un severo espíritu crítico. El escrutinio público es riguroso y las exigencias son, cada día, más altas. Muchas cosas que, décadas atrás, se toleraban, se consideraban normales o se pensaba que eran una fatalidad, hoy ?felizmente? se consideran inaceptables. En este sentido, el agudo sentido crítico de la sociedad actual implica un importante paso adelante, del que nos debemos alegrar". Y señaló que esta agudeza crítica, sin embargo, hace que "experimentemos fuertemente la insatisfacción", lo que nos debe llevar a preguntarnos por nuestros modelos de desarrollo, puesto que el tipo de desarrollo que hemos logrado no ha traído el bienestar humano que suponíamos". El ser humano, indicó, no se conforma con poco y, especialmente un número significativo de jóvenes, aspira a una esperanza que los lleve a alcanzar la estatura alta de su vocación humana".

Hacia el final de su exhortación, el cardenal chileno indicó que "la fe nos asegura que la fuerza de Dios es siempre más grande que la debilidad humana y que los ataques del mal. Oramos de manera diferente, pero lo hacemos juntos, porque nuestros corazones reconocen una esperanza común", y que "esta gran esperanza, que va más allá de nosotros, solo se puede apoyar en Dios, el Padre del universo, que trasciende todo, el único que nos puede dar aquello que nosotros, por nuestras solas fuerzas, no somos capaces de lograr".+