Jueves 28 de marzo de 2024

Monseñor Aguer llamó a rezar y trabajar por la fe de la ciudad de La Plata

  • 22 de noviembre, 2012
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió al 130º aniversario de la fundación de la capital bonaerense en una reflexión sobre la ciudad y la fe. "Aunque las autoridades del municipio ya no soliciten la tradicional celebración de acción de gracias, rezaremos por todos los miembros de la sociedad platense", expresó el prelado, quien llamó a los cristianos a comprometerse con "una pastoral urbana a la vez simple y profunda". Puso en evidencia la aparición de "minorías con un odio militante hacia la Iglesia y el catolicismo", y aseveró que se debe a "una profunda crisis de fe en la cultura urbana".
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El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, publicó el 18 de noviembre una columna en el diario platense "El Día" en la que se refirió al 130º aniversario de la fundación de la capital bonaerense, rememorado el pasado lunes 19 de noviembre. En su artículo, el prelado reflexionó sobre la ciudad y la fe, y puso en evidencia la aparición de "minorías con un odio militante hacia la Iglesia y el catolicismo". Además, aseguró que "aunque las autoridades del municipio ya no soliciten la celebración de acción de gracias, rezaremos por todos los miembros de la sociedad platense". También llamó a los católicos a "una pastoral urbana a la vez simple y profunda".

"Los 130 años de La Plata no pasarán inadvertidos para los católicos que vivimos en esta bella y querida ciudad. Rezaremos por todos los miembros de la sociedad platense, recordaremos con gratitud a la generación fundadora y pondremos en manos de la Providencia el presente de la ciudad, cargado de tantas necesidades, y su futuro, que entrevemos promisorio", aseguró el arzobispo.

"Me permito hoy una breve reflexión sobre la ciudad y la fe ?manifestó el pastor platense-. Es en la cultura urbana, en los umbrales de la pampa infinita, donde se comprueban más agudamente las consecuencias de la secularización y sus efectos en la actitud religiosa de la población". Monseñor Aguer quiso marcar la diferencia con otras regiones argentinas, donde la vivencia de la fe continúa vigente en la vida social.

Continuando su razonamiento, el prelado parafraseó al papa Benedicto XVI, que en su carta apostólica Porta Fidei, afirmó: "mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad". "El dato vale también para La Plata", agregó el arzobispo.

Monseñor Aguer justificó estas consecuencias en la religiosidad de la ciudad "por una profunda crisis de fe" y el pluralismo cultural y religioso, efecto de los cambios de población y de la evolución de las costumbres que genera cambios las costumbres (cuestiones que calificó como "axiológicamente neutras"). No obstante lo mencionado, el arzobispo añadió "el influjo de una mentalidad positivista y antirreligiosa que se difunde desde hace décadas desde algunos ámbitos universitarios, culturales y políticos".
"Más recientemente se ha hecho notar en ciertas minorías una nueva ola de odio militante hacia la Iglesia y el catolicismo", observó Aguer.

La tarea del cristiano
De regreso a "la constatación que nos concierne directamente como cristianos", el prelado estimó necesario "redescubrir la belleza de la fe y de la cosmovisión que brota de ella, la alegría de creer y de transmitir el gozo del encuentro con el Dios vivo", y precisó que se debe traducir en una fe vivida "como experiencia que se proyecta en un estilo de vida y que lejos de recluirse en lo íntimo del corazón, se profesa con coherencia en el espacio público en toda circunstancia".

"El menoscabo o el eclipse de los signos de la presencia de Dios en la vida de la ciudad se deben, básicamente, a la crisis de fe de muchos cristianos", alertó monseñor Aguer, y sumó: "Depende también del hiato que se abre entre fe y cultura, fe y vida cotidiana".

"La Iglesia debe afrontar estas realidades mediante una pastoral urbana a la vez simple y profunda ?interpretó el arzobispo-. Hay que presentar a todos la persona y el mensaje de Cristo, invitar a los bautizados a hacer la experiencia del encuentro con él, afianzar las convicciones de fe; hacer de cada parroquia una verdadera comunidad dispuesta a la escucha de quienes están afligidos por los males contemporáneos y a prestar una atención especial a las nuevas formas de pobreza".

"La dimensión religiosa es imprescindible para la perfección de la ciudad, para orientar y estimular su auténtico progreso", estimó el prelado, quien concluyó su mensaje citando a Leopoldo Marechal, refiriéndose a la Patria: "Es urgente poblar su costado de Arriba, porque debe ser una provincia de la tierra y del cielo".+
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