Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Zanchetta a los nuevos sacerdotes: "Tengan el olor de las ovejas impregnado en su alma"

  • 27 de abril, 2017
  • San Ramón de la Nueva Orán (Salta) (AICA)
El obispo de Orán, monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, presidió el 21 de abril la ordenación sacerdotal de los diáconos Adrián Manuel Reynoso y Darío Gustavo Medina, que tuvo lugar en la parroquia San Jorge, de la localidad de Pichanal. En su homilía, el obispo expresó su felicidad y orgullo por los nuevos sacerdotes y les recordó su llamado a ser, como los apóstoles, "servidores y testigos".
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Monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, obispo de Orán, ordenó sacerdotes a los diáconos Adrián Manuel Reynoso y Darío Gustavo Medina, en una ceremonia que se llevó a cabo en la parroquia San Jorge, de la localidad de Pichanal, el 21 de abril.

En su homilía, el obispo se refirió a la ordenación como "un acontecimiento de gracia" y se mostró "feliz y orgulloso" por el camino recorrido por los nuevos sacerdotes. Aseguró que "la Iglesia está viva cuando sus integrantes se sienten protagonistas y viven la comunión que se expresa en la misión" y recordó que "la fe nos moviliza para dar frutos concretos".

"Demos gracias a Dios por el crecimiento y la maduración de la comunidad, por haber tomado mayor conciencia de que somos el pueblo de Dios; gente sencilla, servicial, fraterna, que pone a disposición las estructuras para que sirvan en orden a evangelizar, es decir; hacer realidad el proyecto del Señor para todos", expresó.

Como los apóstoles, detalló monseñor Zanchetta, "hoy nos toca a nosotros ser esos servidores y testigos del Dios de la vida, porque de otro modo nuestra sociedad quedaría encerrada en horizontes cortos, y saciada sólo con los bienes de este mundo; tan pasajeros cuan limitados para alcanzar la verdadera felicidad, que para nosotros es encontrarnos con el Dios vivo y verdadero en el cual hemos depositado nuestra fe".

Dirigiéndose a los nuevos sacerdotes, el prelado recordó que "están concretando no sólo un proyecto personal, no están sólo realizándose como personas. En realidad están ocupando el lugar que les fue asignado por Aquel que los llamó ya desde antes que fueran formados en el vientre materno, para que sus vidas sean ofrecidas sacerdotalmente en bien del pueblo de Dios, para que también ustedes sean servidores y testigos".

El pastor advirtió también que "al igual que esos primeros testigos, serán perseguidos y difamados si se comprometen seriamente en cuidar al pueblo de Dios como pastores. Y para ello es imprescindible que lo hagan con firmeza, sí, pero sobre todo con humildad y respeto por todos, no buscando el propio interés sino el bien común, y sobre todo dando prioridad en su corazón pastoral a los más pobres y débiles, a los excluidos, a los enfermos, a los que sufren".

Para finalizar, les pidió "salir al encuentro de la gente para anunciarles que Cristo vive. Ustedes tendrán que saber reconocerlo caminando entre nuestro pueblo. Ustedes tendrán que decirle a nuestra gente dónde hay que echar las redes. Ustedes deberán tener todo preparado e invitarlos a cenar", y les aconsejó desde su experiencia: "Los sacerdotes tenemos que mostrar el camino, los tenemos que ir a buscar, les tenemos que allanar el sendero, los debemos acompañar para que puedan llegar a tiempo, y los tenemos que estar esperando como hizo Jesús a la orilla del lago: con el fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan".

"Sean sencillos, cercanos y fraternos, tengan un corazón grande como el de Cristo, y el olor de las ovejas impregnado en su alma, porque las tienen que apacentar en nombre de Dios", concluyó.+

» Texto completo de la homilía