Martes 23 de abril de 2024

Mons. Zanchetta: "Desgarren su corazón y no sus vestiduras"

  • 6 de marzo, 2017
  • San Ramón de la Nueva Orán (Salta) (AICA)
El obispo de Orán, monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, envió una carta a la comunidad diocesana con motivo del comienzo de la Cuaresma. Con el título "Desgarren su corazón y no sus vestiduras", el prelado llamó a la conversión "porque somos pecadores y queremos estar cerca, queremos vivir en comunión", y pidió "hacer realidad las obras de misericordia".
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En ocasión del inicio del tiempo cuaresmal, el obispo de Orán, monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, se dirigió a los fieles de la diócesis con una carta pastoral en la que llamó a una real conversión espiritual, que "lejos de ser un barniz superficial", desgarre nuestro corazón y movilice la sangre para que tengamos vida.

Con la mirada en el mensaje de Cuaresma del papa Francisco, el prelado recordó la invitación a "mirar a los otros, pero con los ojos de la misericordia", y abrir nuestro corazón al otro, "abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo".

Cada vida que encontramos "merece acogida, respeto y amor", destacó el obispo, y señaló que la Palabra de Dios "nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla" porque, como afirma Francisco, "cada persona es un don". Por eso es importante que no nos encerremos en nuestra propia vida; que la compartamos con todos.

En referencia a la realidad actual del norte salteño, el obispo sostuvo que hay zonas muy castigadas "por décadas de postergación y olvido", lo que las coloca lejos de vivir en paz y en justicia social. Por ese motivo, pidió a los fieles redoblar los esfuerzos "para hacer realidad las obras de misericordia".

En esa línea, monseñor Zanchetta convocó a la comunidad a acercar cada fin de semana el fruto del esfuerzo semanal, para hacernos cargo, al menos, de un hermano necesitado, "para que a través de nuestras instituciones organizadas podamos proveer lo necesario donde hace más falta".

El prelado recordó los emprendimientos que Cáritas diocesana lleva adelante para dar de comer a niños y personas mayores, especialmente los comedores de la Capilla Sagrado Corazón, en barrio Caballito, San Ramón de la Nueva Orán, en la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, en Dragones, en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, La Unión, y en la parroquia San Ignacio de Loyola, en Santa Victoria Este. La propuesta que acercó el obispo a la comunidad fue la de organizar campañas solidarias para conseguir alimentos no perecederos y agua potable.

"Cuando se desgarra el corazón es señal de que estamos más vivos que nunca, porque sentimos el dolor de otros corazones que laten con dificultad. Es entonces cuando habremos aprendido que compartiendo el dolor ajeno hacemos más liviana el peso de la vida de todos. Es decir, nos hacemos cargo", aseguró el prelado, e hizo hincapié en que "el tiempo de la salvación es hoy, no mañana".

El obispo señaló que este año es una oportunidad para profundizar lo aprendido durante el Año de la Misericordia, y convocó a los fieles a iniciar en la solemnidad de Pentecostés el Primer Sínodo Diocesano, que durará cuatro años, con la consigna "Iglesia de la Nueva Orán, identidad y misión", y el lema "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".

Monseñor Zanchetta invitó a vivir el tiempo cuaresmal con coherencia, autenticidad y centralidad en lo esencial, dejando de lado la tentación mundana de disfrazar la búsqueda de justicia, ponderando las apariencias, con el peligro de ahogar las más nobles intenciones de agradar a Dios. "Que se note en nuestro compromiso comunitario que los cristianos nos jugamos la vida no sólo para buscar sino para proclamar que el bien común de nuestro pueblo es una prioridad que no admite más postergaciones", propuso.

En su mensaje, también mencionó la situación del país, y advirtió sobre la política llena de "carrerismos sedientos de poder", corrupción y robo. Ante esta realidad, pidió un renovado compromiso de "ponerle el hombro al país", promoviendo la participación, la integración y la coherencia con los valores de la fe, para lograr una verdadera conversión del corazón. "Y el Padre, que ve en lo secreto, nos recompensará", afirmó.+

» Texto completo de la carta pastoral