Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Rodríguez: "La Iglesia se alejó de los jóvenes"

  • 11 de julio, 2017
  • Villa María (Córdoba)
En el marco de una charla debate, monseñor Roberto Rodríguez, obispo emérito de La Rioja, reflexionó en Villa María sobre la educación de los jóvenes y su relación con la Iglesia: "No tienen oposición con la Iglesia, sino que viven alejados de ella. Necesitan ser reconocidos por la Iglesia como personas, ser mirados a los ojos, ayudarles a que surja en ellos la idea", expresó.
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El obispo emérito de La Rioja, monseñor Roberto Rodríguez, visitó la diócesis de Villa María, de la que fue obispo entre 1998 y 2006, para ofrecer una charla debate sobre la educación de la juventud.

Organizada por la Pastoral Social de la diócesis y la municipalidad de Villa María, la charla se desarrolló en el Centro Cultural Leonardo Favio. La propuesta de monseñor Rodríguez fue "pensar juntos la educación para los jóvenes".

El prelado comenzó su disertación con un texto de la obra "El primer hombre", de Albert Camus, en el que explica cómo un maestro de escuela lograba que los alumnos pudieran evadir la pobreza y marginación de sus familias, llevándolos a un hambre aún más esencial: el hambre de descubrir, y de cómo ellos pasaban a ser personas que existían, que eran dignos de descubrir el mundo. Partiendo de ese disparador, el obispo reflexionó acerca de cómo este maestro sabía darle importancia a sus alumnos, logrando interesarlos y hacerlos deseosos de aprender.

Seguidamente, hizo un análisis de la realidad juvenil: "Sus gustos están bien dispersos, y necesitan, buscan, encontrar un sentido a su vida, a lo que son y hacen. Experimentan también la disociación propia de este tiempo entre ciencia y fe. Son jóvenes amantes de la última tecnología, que tienen como parte de su universo el consumo y la diversión".

Monseñor Rodríguez consideró necesario procurar la madurez "en todo sentido: cultural, humana, afectiva, social, religiosa", y sostuvo que "ellos creen en Dios, pero no creen en la institución. Dicen ?Cristo sí, Iglesia no?. Ellos no hacen depender su vida de fe de la institución, porque, en realidad, la Iglesia fue la que se alejó de los jóvenes".

"Ellos necesitan reconocer la fe como relación con Dios, que alcanza su plenitud en el cuerpo eclesial. Buscan un modo nuevo de relacionarse con Dios, que vaya unida con la autenticidad de vida. No quieren dejarse utilizar por los otros. Para con ellos, entonces, el intercambio propio del anuncio y del acompañamiento debe ser personalizante: hablarles a ellos, tenerlos en cuenta".

Además, el obispo explicó que los jóvenes "no tienen oposición con la Iglesia, sino que viven alejados de ella. Necesitan ser reconocidos por la Iglesia como personas, ser mirados a los ojos, ayudarles a que surja en ellos la idea".

"Hay que querer al educando. Cuando se siente considerado, el educando responde. En este tiempo de tantas carencias afectivas, tienen la necesidad de un maestro, no de un profesor, de quien puedan ser discípulos, más que alumnos".

Para concluir, el prelado se preguntó por qué a veces el adolescente no llega a madurar bien, y consideró que "hoy no se quiere envejecer", y el motivo que planteó es que "no encuentran una figura madura, por eso no quieren crecer".

En cuanto a los "chicos difíciles", aseguró que "cambian cuando se los tiene en cuenta". Cuando Jesús les dice a sus discípulos "ámense", les quiere decir justamente eso, "ténganse en cuenta", advirtió el prelado. "Den lugar a la confianza, a relacionarse con ellos. El papa Francisco habla de tres elementos fundamentales de la educación: herida, acompañamiento, misericordia", recordó.

"El joven necesita ser tenido en cuenta, sentirse parte, pertenecer a la comunidad eclesial, a la comunidad escolar", afirmó, haciendo referencia al problema del acoso escolar (bullying), y sostuvo que lo fundamental para poder superarlo es proponer actividades para que los alumnos se conozcan entre ellos y descubran sus valores.

Finalmente, sobre la fe de los jóvenes, pidió "que el proceso de su encuentro con Cristo no se quede en el recuerdo de su primera comunión, sino que crezca con él".+