Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Ojea traza un itinerario pastoral diocesano hacia una Iglesia en salida

  • 18 de septiembre, 2015
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
A las puertas del Año de la Misericordia, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, propuso a la comunidad diocesana un camino para la conversión pastoral hacia "la Iglesia en salida" querida por el papa Francisco. En sintonía con el llamado que el pontífice realiza en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, explicó que este itinerario hacia la conversión pastoral se desarrollará en tres momentos: "Misericordiosos como el Padre", "Abriendo nuestro corazón y nuestra casa" y "Buscando ser una Iglesia en salida". Y precisó que comenzarán en Adviento, Cuaresma y el tiempo pascual, respectivamente.
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A las puertas del Año de la Misericordia, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, propuso a la comunidad diocesana un camino para la conversión pastoral hacia "la Iglesia en salida" querida por el papa Francisco.

El prelado recordó que en la exhortación apostólica Evangelii gaudium el pontífice expresa claramente que el desafío es la "transformación misionera de la Iglesia", al plantear la necesidad de una profunda reforma y llamar a descubrir un nuevo modo de ser Iglesia.

Monseñor Ojea invitó a "dar un paso", al proponer "una misión dentro de la diócesis en la que podamos enriquecernos los unos a los otros compartiendo nuestras fragilidades y nuestros valores que surgen de nuestra diversidad, pero que se han ido plasmando en una historia de profunda vocación misionera y de auténtico servicio a los pobres".

Asimismo, explicó que este camino diocesano hacia la conversión pastoral se desarrollará en tres momentos: "Misericordiosos como el Padre", "Abriendo nuestro corazón y nuestra casa" y "Buscando ser una Iglesia en salida"

El primer momento será en el tiempo litúrgico de Adviento, cuando comienza el Año de la Misericordia, y será para realizar un examen de conciencia, para que "desde la mirada de Dios intentaremos ver nuestras propias fragilidades, debilidades y carencias como personas y, sobre todo, como comunidades".

El segundo momento se iniciará en la Cuaresma, oportunidad en la que se meditará "en la virtud de la hospitalidad que nos dispone a recibir en nuestra casa -con el corazón abierto- a hermanos de otros grupos o comunidades y, al mismo tiempo, a salir al encuentro del otro".

Finalmente, el tercer momento, se desarrollará durante el tiempo pascual, en el que se realizarán "las visitas, respetando los tiempos propios de cada grupo y de cada comunidad, teniendo presente que la finalidad de estas acciones es ir en búsqueda de la auténtica conversión pastoral para entrar en un estado de misión permanente".

Seguramente el Espíritu Santo nos seguirá guiando hacia una Iglesia renovada, misericordiosa y misionera. Ponemos en las manos de Nuestra Señora de Luján y de San Isidro Labrador todo este camino pastoral", concluyó monseñor Ojea.+