Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Mollaghan: "Para el cristiano, amar y servir siempre están unidos"

  • 7 de agosto, 2012
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El santuario de San Cayetano, en Rosario, vivió su fiesta patronal con el lema: "San Cayetano por tu intercesión aumenta nuestra fe y caridad". La misa central fue presidida por el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, que en su homilía manifestó: "El amor no es una palabra vacía; sino que se traduce en servir. Porque servir sin amar, no es el servicio cristiano que nos pide el Evangelio. Amar sin servir, tampoco es verdadero amor. Para el cristiano, amar y servir siempre están unidos".
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El santuario de San Cayetano, en Rosario, vivió su fiesta patronal con el lema: "San Cayetano por tu intercesión aumenta nuestra fe y caridad".

La misa central fue presidida por el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, que en su homilía manifestó: "Venimos a pedir y agradecer .Pero son muchos los peregrinos que dicen que vienen más a agradecer, que a pedir. Y esto porque han visto los frutos en sus vidas, y reconocen que la fe mueve montañas, y que Dios, a través de San Cayetano, les mostró que los ama inmensamente".

El prelado señaló que "la vida de San Cayetano nos muestra que Él no guardó la llama de la fe para sí mismo, sino que la transmitió a los demás" y agregó que "no podríamos comprender esta fe en la vida de San Cayetano ni su influjo tan grande entre nosotros, si no fuera porque se alimentó con la Palabra de Dios; porque amó profundamente la Eucaristía, y porque rezó mucho, por él y por todos, particularmente por los que más necesitan".

"Hoy ?dijo el pastor rosarino- le pedimos a San Cayetano aumentar nuestra fe, la fe verdadera -que no es una mezcla de creencias sueltas, o de algunas supersticiones-, sino que es un encuentro con Jesucristo vivo, y una confianza puesta en su amor y en su Reino".

Monseñor Mollaghan aseguró que "el Reino de Dios que San Cayetano nos enseña a pedir, es el Reino de Dios que ya comenzó, y se hace visible donde hay amor" y agregó que "este amor, cuando es verdadero, se manifiesta más en las obras que en las palabras. Por eso el amor, no es una palabra vacía; sino que se traduce en servir. Porque servir sin amar, no es el servicio cristiano que nos pide el Evangelio. Amar sin servir, tampoco es verdadero amor. Para el cristiano, amar y servir siempre están unidos".

El arzobispo agradeció el servicio de los voluntarios que trabajan en todos los rincones de la arquidiócesis e invitó a todos los fieles a "amar y servir a quienes están sufriendo más y formar parte de algún trabajo solidario".

"Un sector muy vulnerable en la sociedad; que cada vez preocupa más, son quienes son víctimas de las adicciones y sienten desmoronada su libertad" advirtió y añadió que "la invitación a la droga es un fraude, que pretende dañar a una juventud ansiosa de felicidad y orientación. Necesitamos prevenir este mal; buscar una acción eficaz de prevención y rehabilitación, a las que debe unirse toda la sociedad".

El prelado afirmó que sin espiritualidad el hombre experimenta un gran vacío; y las adicciones intentan llenarlo, pero "en realidad producen una desconexión mayor".

Como conclusión, monseñor Mollaghan manifestó que "cuando el que padece una adicción se da cuenta de que no está solo, sino en cambio, de que Cristo lo ama, y lo amará; que tiene una familia, y una comunidad que lo recibe, que es nuestra Iglesia; esta convicción no sólo va a superar paulatinamente su mal, sino que le abrirá el camino de una nueva vida". +

Texto completo de la homilía