Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Martorell: "Que esta Pascua nos una en la fe y transforme nuestras vidas"

  • 7 de abril, 2016
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, reflexionó sobre la fe, la misión y la misericordia, siguiendo el Evangelio proclamado durante el Domingo de la Misericordia, que narra la primera aparición de Jesús a sus apóstoles después de su resurrección, y el episodio del apóstol Tomás que por haber estado ausente no creía que Jesús había vuelto a la vida.
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El segundo domingo de Pascua, al que el papa san Juan Pablo II denominó Domingo de la Divina Misericordia, se leyó en todas las misas un pasaje del capítulo 20 del evangelio de san Juan, donde se relata la primera aparición de Jesús a sus apóstoles después de su resurrección, y el episodio del apóstol Tomás que por haber estado ausente no creía que Jesús había resucitado. Tomando pie sobre este pasaje evangélico, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, reflexionó en la homilía de ese domingo sobre la fe, la misión y la misericordia.

El prelado consideró que este episodio evangélico "nos centra en la reflexión de la fe, la misión y la misericordia de Dios? Jesús derrama el Espíritu Santo sobre los discípulos. El don y la persona del Espíritu Santo aparece como protagonista en los primeros momentos de los apóstoles, que son enviados a predicar el Evangelio, a perdonar los pecados y a bautizar a los que creyeran".

Además, "la fe es el tema de vital importancia en la vida de la Iglesia desde los comienzos. Es tanta la ternura y la misericordia del Salvador que lejos de recriminar a Tomás por su incredulidad, le mira con amor y se somete a las pruebas que el apóstol exige. Y allí Tomás se quiebra en un gran acto de fe diciendo: "¡Señor mío y Dios mío!", frase que la piedad popular hace suya frente a la Eucaristía que es elevada por el sacerdote en cada misa", afirmó.

"El anuncio de la vida de Cristo y su aceptación en el corazón del hombre que no ve y que duda, no es una tarea fácil", sostuvo el obispo. "Llevar el mensaje de Cristo resucitado -agregó- es una ardua tarea que requiere de gran paciencia, misericordia y amor al Evangelio que se predica y a las personas, que a veces viven en el error o en la ignorancia de la fe".

El obispo deseó que esta Pascua de Resurrección "nos una en la fe de tal manera que esa vida nueva que hemos recibido se multiplique y trasforme en nuestras vidas y nos lleven a las obras de la misericordia. Los apóstoles y la primera comunidad experimentaron la misericordia y la cercanía de Dios y esta fue la causa de su profunda alegría".

Finalmente, aseveró que "con la venida de Jesús se inaugura un tiempo de gracia y de misericordia, y se nos ofrece una buena noticia que es luz para nuestros ojos y liberación de nuestras esclavitudes personales, las materiales e incluso las espirituales". Y añadió: "Jesús es la manifestación de la misericordia del corazón de Dios y se hace presente con la unción del Espíritu Santo para hacernos capaces de realizar los signos de Dios, la obras de santidad y de misericordia".

Ver homilía de monseñor Marcelo Raúl Martorell completa.+