Mons. Martorell: "Que esta Pascua nos una en la fe y transforme nuestras vidas"
- 7 de abril, 2016
- Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, reflexionó sobre la fe, la misión y la misericordia, siguiendo el Evangelio proclamado durante el Domingo de la Misericordia, que narra la primera aparición de Jesús a sus apóstoles después de su resurrección, y el episodio del apóstol Tomás que por haber estado ausente no creía que Jesús había vuelto a la vida.
El prelado consideró que este episodio evangélico "nos centra en la reflexión de la fe, la misión y la misericordia de Dios? Jesús derrama el Espíritu Santo sobre los discípulos. El don y la persona del Espíritu Santo aparece como protagonista en los primeros momentos de los apóstoles, que son enviados a predicar el Evangelio, a perdonar los pecados y a bautizar a los que creyeran".
Además, "la fe es el tema de vital importancia en la vida de la Iglesia desde los comienzos. Es tanta la ternura y la misericordia del Salvador que lejos de recriminar a Tomás por su incredulidad, le mira con amor y se somete a las pruebas que el apóstol exige. Y allí Tomás se quiebra en un gran acto de fe diciendo: "¡Señor mío y Dios mío!", frase que la piedad popular hace suya frente a la Eucaristía que es elevada por el sacerdote en cada misa", afirmó.
"El anuncio de la vida de Cristo y su aceptación en el corazón del hombre que no ve y que duda, no es una tarea fácil", sostuvo el obispo. "Llevar el mensaje de Cristo resucitado -agregó- es una ardua tarea que requiere de gran paciencia, misericordia y amor al Evangelio que se predica y a las personas, que a veces viven en el error o en la ignorancia de la fe".
El obispo deseó que esta Pascua de Resurrección "nos una en la fe de tal manera que esa vida nueva que hemos recibido se multiplique y trasforme en nuestras vidas y nos lleven a las obras de la misericordia. Los apóstoles y la primera comunidad experimentaron la misericordia y la cercanía de Dios y esta fue la causa de su profunda alegría".
Finalmente, aseveró que "con la venida de Jesús se inaugura un tiempo de gracia y de misericordia, y se nos ofrece una buena noticia que es luz para nuestros ojos y liberación de nuestras esclavitudes personales, las materiales e incluso las espirituales". Y añadió: "Jesús es la manifestación de la misericordia del corazón de Dios y se hace presente con la unción del Espíritu Santo para hacernos capaces de realizar los signos de Dios, la obras de santidad y de misericordia".
Ver homilía de monseñor Marcelo Raúl Martorell completa.+