Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Martínez al nuevo diácono: "Servir al Padre es servir a los hermanos"

  • 9 de abril, 2018
  • Posadas (Misiones) (AICA)
En la noche del viernes 6 de abril, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, ordenó diácono al seminarista Jorge Luis Benchaski, en la catedral San José de la capital provincial. El prelado le recordó al futuro sacerdote que "servir al Padre es servir a los hermanos, a los demás" y que "el servicio se da por amor".
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En la noche del viernes 6 de abril, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, ordenó diácono al seminarista Jorge Luis Benchaski, en la catedral San José de la capital provincial.

La celebración fue acompañada por diáconos permanentes y sacerdotes de las diócesis de Posadas y de Oberá.

El nuevo diácono realiza su formación camino al sacerdocio en el seminario diocesano Santo Cura de Ars, y se encuentra en el último año, previo a la ordenación sacerdotal.

En la homilía, monseñor Martínez pidió a la feligresía agradecer a Dios por "el don de la vocación" y consideró que el tiempo que le falta a Benchaski para ser ordenado sacerdote "le servirá para identificar su vida a Cristo servidor".

El prelado insistió en pedirle al nuevo diácono que se identifique "siempre como servidor", al recordarle que "difícilmente" se podrá entender el servicio cristiano si no se lo hace "desde el servicio pascual y desde lo que ocurrió el Jueves Santo".

"Servir al Padre es servir a los hermanos, a los demás. No podemos servir a Dios y al dinero. En el dinero se expresa servir por interés, al poder. El servicio se da por amor", diferenció.

"Servir es dar la vida, tenemos que amar a todos. Porque el amor no es solo para algunos, es para todos, privilegiando a los más pobres y a los excluidos. Expresado en el ministerio, sirviendo a todos, desde el Evangelio nos indica que el Señor nos envía a todos", puntualizó.

El obispo destacó la necesidad de "encontrar en los hermanos necesitados el rol del Señor" e instó a luchar por la vida.

"Ahí encontramos la verdadera alegría solo puede ser alegre aquel que ama, aquel que es feliz. El que ama es el que se abre a Dios. Nos llama a un servicio exigente que implica cruces y dolores. En el llamado específico de amores, aun con cruces podemos tener la verdadera alegría y eso nos permite testimoniar la alegría y la presencia de Dios", concluyó.+