Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Lugones a diáconos permanentes: "Sean escuchas y servidores de los pobres y sufrientes"

  • 21 de noviembre, 2012
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones, instituyó en el orden sagrado del diaconado permanente a siete aspirantes provenientes de comunidades parroquiales del territorio diocesano, y los instó a ser ministros de escucha y servidores de los más pobres y sufrientes". Se trata de Roberto Avendaño, de la parroquia Nuestra Señora de la Merced, Lomas; Víctor Cáceres, de Nuestra Señora de Luján, de Bánfield; Héctor Martínez, del Sagrado Corazón, de Cláypole; Juan Carlos Montoya, de la iglesia San Pío X, de Témperley; Jorge Ramos, de Nuestra Señora de Itatí, en Bánfield; Carmelo Rolón, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, de Ezeiza, y Saúl Omar Sarmoria, de la parroquia Inmaculada Concepción, de Burzaco.
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El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones, instituyó en el orden sagrado del diaconado permanente a siete aspirantes provenientes de comunidades parroquiales del territorio diocesano. Se trata de Roberto Avendaño, de la parroquia Nuestra Señora de la Merced, Lomas; Víctor Cáceres, de Nuestra Señora de Luján, de Bánfield; Héctor Martínez, del Sagrado Corazón, de Cláypole; Juan Carlos Montoya, de la iglesia San Pío X, de Témperley; Jorge Ramos, de Nuestra Señora de Itatí, en Banfield; Carmelo Rolón, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, de Ezeiza, y Saúl Omar Sarmoria, de la parroquia Inmaculada Concepción, de Burzaco.

En la celebración eucarística en que se instruyó a los candidatos al ministerio pastoral, realizada el pasado domingo 18 en la catedral de Nuestra Señora de la Paz, monseñor Lugones comparó las vocaciones de estos siete varones con el relato de los Hechos de los Apóstoles, en el que San Lucas narra que los apóstoles convocaron "a siete hombres de buena fama, dotados de Espíritu y de prudencia".

"Estos hombres elegidos gozan de buena fama y que poseen el don de la prudencia, que podemos interpretar como la discreción espiritual y el don del discernimiento ?evaluó el obispo-. ¡Qué responsabilidad tienen ustedes los siete!, que como los siete diáconos del protoevangelio deben alentar la comunión, ser ministros de la escucha y servidores de los más pobres y sufrientes".

Siguiendo la segunda carta de la celebración, tomada de la Epístola de San Pablo a Tito, monseñor Lugones señaló que el Apóstol indicó a su seguidor que nombre a algunos ancianos de Creta "que sean irreprochables, que cuiden a sus esposas y tengan hijos creyentes". "Ni egoísta, ni colérico, antes bien hospitalario, justo, devoto, moderado, que tenga doctrina seria y no que diga lo que se le venga a la boca", señaló el prelado como dotes que deben cultivar los prelados.

Luego, a la luz de la parábola del samaritano, extractada del capítulo 10 del evangelio según san Lucas, el obispo señaló el "sentido de projimidad" que debe guiar a los nuevos diáconos, atendiendo la particularidad social de la diócesis, con cuadros de "pobreza, zonas marginales y miseria".

"¿Nos conmueve que la pobreza golpee la realidad de nuestra diócesis? ¿Conocemos realmente las zonas marginales de la misma donde se vive, aún hoy en la miseria?", preguntó el prelado.

"Queridos diáconos ?expresó monseñor Lugones-, no es fácil vivir la projimidad, pero debemos pedir esta gracia a la Virgen Nuestra Señora de la Paz; ella supo dar estos pasos que nos ayudarán a nosotros a acercarnos a los sentimientos del Buen Samaritano".

"Sabemos de nuestros límites, debilidades, deficiencias, pero no podemos resignarnos a escuchar una y otra vez la sugerencia de Jesús al escriba, cuando le dijo ?Ve y procede tú de la misma manera?", concluyó el obispo en la homilía de las ordenaciones.+

Texto completo de la homilía