Jueves 18 de abril de 2024

Mons. Han Lim Moon: Las dos direcciones de Jesús para obrar en la Pascua

  • 6 de abril, 2020
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
"La circunstancia de pandemia que estamos padeciendo nos brinda, entre otras, una gran oportunidad: ¡vivir la Iglesia doméstica"
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Al comenzar su reflexión para el Domingo de Ramos, monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, se refirió al modo en que este año se vivirá la Semana Santa: “La circunstancia de pandemia que estamos padeciendo nos brinda, entre otras, una gran oportunidad: ¡vivir la Iglesia doméstica! Es decir, destacamos el protagonismo de cada familia para celebrar nuestra fe en comunión con toda la Iglesia”.



Al celebrar el “Domingo de Ramos en la Pasión del Señor”, el obispo recordó que los ramos “recuerdan la entrada de Jesús a Jerusalén como Rey humilde y pacífico y la bienvenida de parte de su pueblo; para nosotros, tenerlos significa darle la bienvenida a Jesús como rey en nuestro corazón y en nuestra familia”.



Monseñor Moon definió el obrar de Jesús en Semana Santa en dos direcciones: “Su amor hacia su Padre y su amor hacia los hombres”. Para comprender su amor al Padre, la clave es “la obediencia a la voluntad del Padre que quiere salvar a todos los hombres. Jesús escuchó al Padre y le obedeció hasta la muerte y muerte de cruz”, explicó.







Y aunque Jesús “pide al Padre evitar el sufrimiento”, enseguida le dice: “Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Por eso la obediencia, que a Jesús le costó “súplicas, fuertes clamores, lágrimas y, finalmente, su vida”.



Por otro lado, está el amor a los hombres, donde la clave es “la solidaridad”: “Él asumió y abrazó toda la condición humana: lo bueno para llevarlo a su plenitud y la miseria para rescatarla. ¿Y cómo asumió la miseria? Abrazando con amor en su persona todos los sufrimientos del hombre: incomprensión, abandono, humillación, tortura, injusta condena a muerte, despojo total y, finalmente, la muerte”, mencionó monseñor Ham Lim Moon



“Este abrazo doloroso y amoroso de Jesús a todos los hombres, con el que asume la voluntad del Padre, es el camino de la Pascua, que quiere decir ‘paso’ a la libertad y a la vida”, agregó luego. En efecto, “al llegar al Padre, Jesús nos presenta purificados, reconciliados y justificados porque Él ya pagó con su vida todas nuestras ofensas. Y así, participaremos en la vida de la resurrección”.



Al concluir, el obispo se preguntó: “¿Dónde encontramos a Jesús en esta Semana Santa para que nos abrace?”, y la respuesta fue: “En todos los que están sufriendo como Él y también en quienes los socorren con amor auténtico y en Jesús Eucaristía, que es Él humilde y sencillo amando al Padre y a todos los hombres”.+