Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Frassia: "Cristianos, hay que ver la Luz del Resucitado"

  • 12 de junio, 2013
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, envió una reflexión por radios de la Capital Federal y el Conurbano bonaerense en base a la lectura del evangelio de san Lucas correspondiente al pasado domingo, en el que se relata cómo Jesús revivió al hijo único de una viuda, y que motivó a exhortar a los fieles para que pidan a Dios "ver la Luz del Resucitado". Monseñor Frassia indicó que todos "tenemos un pasaje que realizar", que implica una "Pascua personal", por la que, a través de la experiencia de la muerte y su confrontación con la "intervención" de Dios en nuestras vidas.
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El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, envió una reflexión por radios de la Capital Federal y el Conurbano bonaerense en base a la lectura del evangelio de san Lucas correspondiente al pasado domingo, en el que se relata cómo Jesús revivió al hijo único de una viuda, y que motivó a exhortar a los fieles para que pidan a Dios "ver la Luz del Resucitado".

El obispo señaló que desde la entrada de Cristo en este mundo se configura "una nueva existencia, una nueva realidad", ya que el Hijo de Dios permite una "transformación cualitativa" de la vida. "Con la presencia de Cristo, Dios nos da la presencia de lo infinito, de lo eterno, de lo absoluto, de aquello que no tiene ocaso y no tiene fin".

Monseñor Frassia indicó que todos "tenemos un pasaje que realizar", que implica una "Pascua personal", por la que, a través de la experiencia de la muerte y su confrontación con la "intervención" de Dios en nuestras vidas. Esa una experiencia nueva: es el hombre en Dios.

"Siempre, ante nosotros, la muerte tiene una actitud dolorosa y difícil, de limitación, pero está colmada y sostenida por la esperanza. La esperanza de que ella no tenga la última palabra y la esperanza de saber que hay vida en Dios; y saber que cuando pasamos de este ?charco? al otro hay Alguien que nos espera con los brazos abiertos", indicó el prelado.

El obispo insistió en la necesidad de colmarse del "agua viva" que suponen el corazón y la divinidad de Cristo, y destacó la actitud de espera y esperanza por la que se trabaja para llegar al cielo: "Nos ayuda a no cruzarnos de brazos y saber que lo que se amasa aquí, en la tierra, se vivirá plenamente en el cielo ¡Pero hay que vivirlo acá, amasando las cosas, siendo buenas personas, siendo buenos cristianos, siendo buen hijo y buenos hermanos!".

"Pidamos al Señor que nos ayude a ver la Luz del Resucitado; que no vivamos con esa luz apagada sino con el corazón encendido por la presencia viva del Espíritu Santo. Nuestra vida, si está iluminada, tiene gozo, tiene paz y tiene alegría", expresó.

"¿Cómo anda tu paz?, ¿cómo anda tu gozo?, ¿cómo anda tu alegría? Si están presentes, uno podrá decir que está el Espíritu, pero si no está presente uno podrá decir está faltando el espíritu", concluyó.+

Texto completo de la alocución