Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Barba llamó a "ponerse en el lugar" del hermano migrante

  • 7 de septiembre, 2016
  • Gregorio de Laferrere (Buenos Aires)
Con motivo del Día del Migrante y del Refugiado, y en coincidencia con todas las comunidades del país, el obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Gabriel Barba, celebró una misa junto a miembros de varias comunidades. El prelado llamó a ponerse en el lugar del hermano o hermana migrante para entender su problemática y pidió "no seguir de largo frente a los hermanos que sufren esta situación".
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Con motivo del Día del Migrante y del Refugiado, y en coincidencia con todas las comunidades del país, se celebró en la catedral Cristo Rey, de Gregorio de Laferrere, una misa que contó con la participación de varias comunidades, en su mayoría de países vecinos como Paraguay, Perú, Bolivia y Brasil.

Durante la celebración, presidida por el obispo diocesano, monseñor Gabriel Barba, se leyó la primera lectura en idioma quechua, por lo que al comenzar su homilía, el prelado preguntó quienes habían logrado entenderla. "Son pocos los que la entendieron y muchos los que no la entendimos. Es interesante esto porque para nosotros solo fue anecdótico, hoy vamos a ir a casa y diremos ?no sé qué habrá dicho la primera lectura?. Es un problema que empieza y que termina en esta misa. El problema del migrante es que eso pasa todos los días", lamentó.

"Es estar en una tierra en donde todo cambia. A algunos les toca migrar a donde hablan el mismo idioma, a otros no, a lo cual se suma un problema mucho más grave. Hasta lo más básico, hasta la comunicación queda impedida", explicó.

Por eso, llamó a ponerse en el lugar del hermano o hermana migrante para entender su problemática. Y tomó a Jesús como modelo de quien sabe ponerse en el lugar del otro. "Se pone en el lugar de la humanidad. Quien no tenía pecado se pone en los zapatos del pecador, quien no tenía nada por qué pedir perdón se hace bautizar por Juan el Bautista", señaló.

Y añadió: "Jesús no tenía nada para arrepentirse ni para pedir perdón, pero estaba en el lugar de los pecadores, se puso en el lugar de los pecadores, se puso en el lugar de la humanidad, se puso en nuestro lugar, para redimirnos desde nuestro lugar. Ahí nace la Salvación en toda su dimensión.

Luego, recordó que "no podemos vivir sin amor" y que "el amor no es mirarse a sí mismo". "Si el amor termina en mí mismo es solamente fuente de egoísmo. Por supuesto que debemos amarnos, amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos, pero siempre el amor tiene referencia en otro. Supone alteridad amar al hermano, amar la propia vida y desde nuestra propia vida querida y aceptada amar al hermano. Quien quiera seguirme que cargue su propia Cruz. Amar significa esto, entrega, renuncia, cargar la cruz, si no no podemos ser sus discípulos", afirmó.

Además, pidió a Dios que "nos ayude a estar cerca del hermano y especialmente del hermano migrante", y llamó a que "nuestro amor, nuestra vida de fe, nos lleve a tener una mirada de hermanos", y ser "parte de esta realidad".

"En primer lugar desde la oración, sin duda, pero también desde la vida, vamos a tener sobradas oportunidades de no caminar indiferente, de no seguir de largo frente a otros hermanos que sí sufren esta situación. Debemos ponernos en su lugar y hacer lo que esté a nuestro alcance, aunque sea muy poco. El sólo hecho de tener presente al otro ya es empezar a hacer algo. No seguir de largo, indiferente frente a estas realidades, ya es también hacer algo y, por supuesto, ser efectivos, ser concretos, que no sea solamente una mirada superficial sino comprometida", aseveró.

"Sigamos los pasos de Jesús. Eso nos llevará a cargar la cruz, a renunciar a nosotros mismos, a renunciar a nuestros propios criterios para asumir los criterios del Evangelio. Pero especialmente, que nos lleve a ser hermanos, servidores y poner en primer lugar, en nuestro corazón y en nuestras acciones, el servicio a aquellos que más lo necesitan", concluyó.+

Texto completo de la homilía