Martes 23 de abril de 2024

Mons. Arancibia: "Carlos María, te deseo un ministerio fecundo y feliz"

  • 9 de febrero, 2013
  • El Challao (Mendoza) (AICA)
El arzobispo emérito de Mendoza, monseñor José María Arancibia, deseó al arzobispo electo Carlos María Franzini "un ministerio fecundo y feliz" y aseveró que así será, "porque Jesús siempre acompaña a los apóstoles que envía" y también "por la singular alegría que caracteriza a quien ha sido llamado a ser apóstol y se desvive por evangelizar, aprende a alegrarse con los que se alegran y a llorar con los que lloran". Hizo un balance de su tarea pastoral y se despidió de los fieles. Pronto fijará su domicilio en la provincia de Córdoba.
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El arzobispo emérito de Mendoza, monseñor José María Arancibia, dirigió unas palabras al arzobispo electo Carlos María Franzini al concluir la Eucaristía en la que su sucesor tomó posesión de la cátedra episcopal. El prelado cordobés le deseó un ministerio "tan fecundo como feliz".

"Hermano Carlos María: te digo de corazón ¡bienvenido! Tu designación ha sido bien recibida, y hemos rezado por vos todos los días. Te deseo de veras un ministerio tan fecundo como feliz", expresó monseñor Arancibia en un mensaje de despedida en el que también guardó palabras para los fieles de la arquidiócesis.

El prelado cordobés, que durante 20 años sirvió a la Iglesia metropolitana de Mendoza, le aseguró al arzobispo electo que su ministerio será fecundo "porque Jesús siempre acompaña a los apóstoles que envía" y también feliz, "por la singular alegría que caracteriza a quien ha sido llamado a ser apóstol y se desvive por evangelizar, aprende a alegrarse con los que se alegran y a llorar con los que lloran".

Además, monseñor Arancibia hizo notar que es la tercera vez que un arzobispo mendocino lleva consigo el nombre de María (él, Franzini y monseñor Alfonso María Buteler, arzobispo entre 1940 y 1967). "¿Cómo no pensar que la Providencia quiere sostener la confianza de este pueblo en la Virgen y Madre del Señor? ?se preguntó-. Estoy segura que Ella, aquí,te cuidará y acompañará con afecto materno, como discípulo y como pastor".

Un balance de su ministerio
Al dirigirse a los fieles mendocinos, el arzobispo emérito les hizo un sucinto análisis de su ministerio episcopal, que comenzó en esta arquidiócesis el 28 de mayo 1993 cuando tomó posesión del oficio como obispo coadjutor, y continuó luego como arzobispo titular ?por sucesión- a partir del 25 de marzo de 1996.

"Como pueblo de Dios, emprendimos en Mendoza un verdadero camino de renovación eclesial y pastoral -evaluó-. Queríamos responder a la voz del Espíritu, que llama a crecer siempre más en impulso misionero y evangelizador".

El prelado también admitió que en una ocasión le preguntaron cuál fue su principal alegría y si tuvo alguna pena en los veinte años que dedicó a Mendoza. "Debo confesar que la dicha más grande ha sido compartir con ustedes la fe y la esperanza, y poder de alguna manera ayudarlos a crecer como discípulos del Señor, ?respondió. A modo de pena, he reconocido más de una vez no poder llevar a todos, con la palabra y el testimonio, el Evangelio de salvación que el mundo necesita".

Finalmente, monseñor Arancibia fue expresivo con la gente que colmaba el santuario de Nuestra Señora de Lourdes, de El Challao: "Desde que fue aceptada mi renuncia, he seguido rezando por ustedes, aún con mayor intensidad, porque siento con fuerza los retos de la Iglesia. Aunque ya no viva entre ustedes, prometo no olvidarlos nunca".

El prelado había anunciado tiempo atrás que había tomado la decisión de fijar su domicilio en la provincia de Córdoba. La celebración eucarística realizada en el santuario de El Challao, a la vez de servir de recepción al arzobispo electo, fue la ocasión elegida para despedir a monseñor José María Arancibia.+