Viernes 29 de marzo de 2024

Mons. Aguer exhortó a celebrar bien la Navidad

  • 24 de diciembre, 2019
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Columna semanal del arzobispo emérito de La Plata en el programa Claves para un Mundo Mejor
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El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, habló del valor litúrgico de la Navidad y animó a celebrar bien esta fiesta. La Pascua y la Navidad, dijo, son los dos grandes poros del año cristiano. Las grandes solemnidades, como estas, están resaltadas por una liturgia especial que la Iglesia ha compuesto para celebrarlas. Lo dijo en el probrama Claves por un Mundo Mejor, emitido por el Canal 9 de TV el sábado 21 de diciembre.



“La Navidad –comenzó diciendo el prelado- es una fiesta central del año cristiano. La Pascua y la Navidad son los dos grandes poros del año cristiano. La Navidad es algo que siempre habla no solo a nuestra fe sino a nuestra devoción. Mirar el Pesebre, mirar el Niño junto a la Virgen María y a José, mirar todo el entorno del pesebre con los animalitos, los pastores, los Reyes Magos, todo eso habla a la inteligencia de la fe y habla también al corazón creyente y a la oración”.



“Las grandes solemnidades –explicó- están resaltadas por una liturgia especial que la Iglesia compuso para celebrarlas. Para Navidad hay cuatro misas y en todas se presenta el Misterio de la Navidad desde ángulos diferentes y utilizando textos bíblicos distintos”.



Y prosiguió su catequesis litúrgica: “Primero está la Misa de la Vigilia o de las Vísperas que se celebra la tarde anterior, la tarde del 24 de diciembre donde encontramos las profecías y encontramos ya la Navidad.



“Luego tenemos la Misa de la Noche o de la Medianoche que, en realidad, debe ser a la hora cero, pero que por diversas razones se fue adelantando y adelantando y acabamos a las siete de la tarde y no es lo mismo. Nos va a pasar como pasó en la Edad Media con la Pascua que la Resurrección era el Sábado Santo a la mañana. La Misa de la Noche tiene que ser a la noche y la liturgia manda que por lo menos se celebre cuando haya caído el sol. Comprendo que hoy con los problemas de la inseguridad y demás la gente no quiere salir de noche por la calle pero es verdad que también ese día van a festejar con las familias o los amigos. La Misa de la Medianoche es preciosa porque allí se enfoca el momento del Nacimiento, el momento en el que la Virgen María de un modo tan misterioso y tan silencioso da a luz virginalmente al Salvador”.



“San Ignacio de Antioquía –acota Aguer-, Padre de la Iglesia y discípulo del Apóstol Juan, que murió en el año 104, decía que el parto de la Virgen ha sido un misterio resonante cumplido en el silencio de Dios. ¡Qué cosa tan bella! Es el silencio de la Noche de Navidad”.



“Luego –continuó- hay una tercera misa; es la de la Aurora que tendría que ser a las 6 o 7 de la mañana del 25. Aunque la aurora para mucha gente es a las 11 de la mañana lo que de algún modo se puede llegar a explicar o justificar. En esta misa lo que se venera es la adoración de los pastores que son los primeros que van, los primeros que se enteran de esta gran noticia porque el Niño nace, el Ángel avisa a los pastores y estos salen y van al pesebre. Allí podemos pedir que el Señor nos conceda también a nosotros un alma sencilla como la de los pastores de Belén, que podamos también tener el impulso y el deseo de ir a encontrarlo, de ir a adorarlo, de ir a besar sus pies”.



“Y luego está la cuarta misa que es la del día, o las misas del resto del día, que podemos decir que es una misa teológica porque allí el Evangelio es el prólogo del Evangelio de San Juan: “En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Eso lo dice en el versículo 1 y luego en el 14 agrega: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y nosotros hemos visto su gloria, gloria que tiene como Unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad”.



“En esas cuatro misas está todo el Misterio de Navidad enfocado con una riqueza extraordinaria”, expresó monseñor Aguer, y recomendó a quienes tienen un misal que lean los textos y “no solamente los textos bíblicos sino también las oraciones porque están adecuadas al momento y a lo que ese momento quiere indicarnos respecto de todo el Misterio de Navidad”.



“La fiesta de Navidad –comentó el arzobispo emérito- es un momento muy bello del año cristiano que nos toca muy de cerca. Por eso queremos celebrarlo en familia pero esa celebración en familia no tiene que sobreponerse a la celebración real que es la celebración religiosa de la Navidad. Mucha gente celebra la Navidad y no sabe muy bien qué celebra, por qué se reúne, por qué brinda o por qué se emborracha también. Más allá de esto es bueno poder celebrar bien con buena comida y un buen brindis pero teniendo en cuenta por qué lo hacemos”.



Y concluyó: “En cualquier reunión familiar anímense a decir que van a brindar para dar gracias a Dios porque nos ha enviado al Salvador y así podemos desear, como yo les deseo a ustedes, muy feliz Navidad”.+