Martes 23 de abril de 2024

Mensaje de Navidad del Superior Provincial Mercedario

  • 27 de diciembre, 2019
  • Córdoba (AICA)
Mensaje de Fr. Ricardo Guzzo O.de.M.
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El superior provincial de la Orden de La Merced en la Argentina, fray Ricardo Guzzo O.de.M., envió "a todos los hermanos y hermanas de la Merced en la Argentina y en los distintos rincones del mundo donde compartimos la misma misión, la misma pasión", un mensaje con motivo de la Navidad, en el que manifiesta su deseo de saludar, con palabras de esperanza y alegría, a todas las familias en estas fiestas.



Encarnación y Redención son dos ejes fundamentales de nuestra espiritualidad. La Redención tiene su punto máximo en el misterio de la Muerte y Resurrección de Jesús, pero ya ha comenzado en el momento de la concepción, haciéndose explícita como Buena Nueva en el nacimiento del niño que ha nacido para nuestra salvación. Por eso hoy como cada año, nuestro corazón de Merced no puede dejar de celebrar esta fiesta de Navidad.



Es la fiesta para volver los ojos fijos en la mirada de ese niño recién nacido, redescubrir la belleza de nuestra humanidad perdida.



Es el momento para ver esos brazos tendidos del niño, que quiere lo alces con los tuyos y sientas qué frágiles son los suyos, los que te sostienen y te hacen fuerte.



Es la oportunidad de acercar al recién nacido sobre el corazón y escuchar felices, en el tierno balbuceo de la “Palabra hecha carne”, que el Reino de Dios ya está entre nosotros.



Y así, con la alegría de sabernos unidos en un misterio inefable de amor que nos desborda, nos hacemos profecía de misericordia para desterrar de nuestros pueblos las cadenas de la ignorancia, de la indolencia, de la crueldad, del odio fratricida.



Hermanos y Hermanas, que recorrimos el camino de este año como peregrinos, no podemos decir que llegamos a la meta al encontrarnos con el niño recién nacido. Ahora debemos continuar nuestro andar y crecer con Él, compartiendo su sueño, su proyecto, un mundo sin patriarcados ni matriarcados, sino un mundo de hermanos que saben dar la vida el uno por el otro, especialmente por los más pequeños del reino, siendo para el mundo, unos y otros, testigos del Redentor que vive entre nosotros.



El Señor los bendiga y regale una feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de esperanzas y alegrías.+