Viernes 19 de abril de 2024

Los policías deben alentar una cultura de lo bueno, de lo justo

  • 14 de agosto, 2012
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El viernes 10 de agosto, el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, presidió una misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario por el día del Policía y súplica por los caídos en el cumplimiento del deber. En la homilía, el prelado recordó a los policías que partieron hacia la Casa del Padre; y "a los que dieron su vida en el cumplimiento del deber". El pastor recordó la necesidad de consolidar el bien, contrapuesto con el mal y la violencia y llamó a "alentar una cultura de lo bueno, de lo justo; una cultura de la vida y del buen ejemplo".
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El viernes 10 de agosto, el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, presidió una misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario por el día del Policía y súplica por los caídos en el cumplimiento del deber.

Estuvieron presentes el ministro de Seguridad, el secretario de Gobierno de Rosario, el Jefe de la Policía de Santa Fe, el Secretario de Seguridad de la provincia, y otras autoridades policiales.

En la homilía, el prelado recordó a los policías que partieron hacia la Casa del Padre; y "a los que dieron su vida en el cumplimiento del deber" y también elevó una oración "por todos los que se entregan a esta vocación de servicio y hacen suyo el compromiso solidario al que están llamados".

El pastor rosarino manifestó que "el hilo conductor del servidor público, se consolida por una parte en la búsqueda permanente del bien; y por otra, en la protección ante el peligro y el mal. Y son muchas las áreas de la Institución policial que convergen en la búsqueda del bien, de la no violencia, y de la seguridad".

"Basta escuchar las noticias y leer los diarios, para verificar que en la sociedad de hoy, hay una presencia alarmante del mal; que ustedes perciben dentro del marco del accionar diario. El policía, sobre todo en la calle, más de una vez comprueba esta dura realidad", advirtió.

Monseñor Mollaghan señaló que para mitigar el mal "no es suficiente solo conocer las estadísticas; hay que ir a sus causas más hondas, y a sus consecuencias; conocer las áreas más vulnerables, y para prevenirlo, es necesario ahondar en el interior del hombre de hoy, las amenazas y las inseguridades, y conocer su fragilidad".

"Dios nos hizo libres ?dijo el arzobispo- y la libertad es un don para el bien. Sin embargo frecuentemente aparecen otras atracciones y coacciones que mueven al hombre a perder el sentido de la felicidad, ubicándola en un horizonte ilimitado de ambiciones, egoísmo y hasta de desequilibrio. Por otra parte, las causas del delito, desde el que mata y roba, hasta el que provoca violencia entre vecinos, hoy se ve acrecentada por la falta de ideales éticos, que dejan de lado las dimensiones más profundas de la existencia".

El prelado recordó la necesidad de consolidar el bien, contrapuesto con el mal y la violencia y llamó a "alentar una cultura de lo bueno, de lo justo; una cultura de la vida y del buen ejemplo. Porque, ante los muchos sufrimientos y crecientes desigualdades existentes en la sociedad, el primer valor que se debe promover y difundir -como nos enseñaba Juan Pablo II- es ciertamente el de la solidaridad".

"Ante los espejismos de placeres sin límites, del alcohol sin medida, de la droga destructiva, del juego como adicción, así como de todo tipo de violencia; debemos contar en la sociedad con una educación integral centrada en valores humanos y trascendentes", relató y agregó que "el policía está llamado a defender la vida, y a oponerse a la cultura de la muerte en todas sus formas; teniendo conciencia que la defensa del débil y la protección de todo mal son irremplazables en esta vocación de servicio".

Monseñor Mollaghan llamó a "cuidar un valor superior; un bien más grande que proteger, que es el específico del espíritu, y de la dignidad de ser hijos de Dios; de la libertad y de la gracia".

Como conclusión, el pastor de Rosario pidió al Señor que "los siga alentando en esta vocación, como servidores de la seguridad, y contribuyan al establecimiento del bien y de la paz" y agregó: "Quisiera una vez pedir a Dios por quienes ofrecieron con su vida la fidelidad a su misión; que desafiando el peligro, prestaron un gran servicio a la comunidad" +

Texto completo de la homilía.