Los obispos de Santiago del Estero llamaron a una conversión en constante progreso

El obispo diocesano de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti, y el obispo auxiliar, monseñor Ariel Torrado Mosconi enviaron una reflexión a los fieles de esta región eclesial de la provincia en el que llamaron a la conversión y a entrar en un proceso de "volver a ser" cristianos a través de un "constante cambio interior y de un progreso en el conocimiento y amor de Cristo". Los pastores diocesanos llamaron la atención sobre la mentalidad "particularmente sensible a las tentaciones del egoísmo" y la cultura "de lo efímero y lo hedonístico" e hicieron un llamado a laborar por el bien común.

En un mensaje conjunto, los obispos de la diócesis de Santiago del Estero enviaron una reflexión a los fieles de esta región eclesial de la provincia en el que llamaron a la conversión, especialmente de los jóvenes, y a entrar en un proceso de "volver a ser" cristianos a través de un "constante cambio interior y un progreso en el conocimiento y amor de Cristo".

Con motivo de la Cuaresma iniciada ayer, el obispo diocesano, monseñor Francisco Polti, y el obispo auxiliar, monseñor Ariel Torrado Mosconi, exhortaron en su mensaje a los jóvenes santiagueños para que sepan "escuchar la invitación a volver a los brazos de Dios, a abandonarse como hijos adoptivos para vivir sus vidas con fuerza y alegría".

Asimismo, sostuvieron que la Cuaresma es "un tiempo de verdad profunda" que convierte, da esperanza, vuelve a poner todo en su justo lugar y hace nacer el optimismo. "En efecto -manifestaron-, el cristiano, invitado por la Iglesia a la oración, a la penitencia y al amor, a despojarse de sí mismo interior y exteriormente, se coloca ante su Dios, se reconoce y se descubre de nuevo".

También destacaron que la Cuaresma es un tiempo de humildad significado en la imposición de las cenizas, que recuerda al hombre que es una criatura frágil, "hecha de tierra y destinada a la tierra", que recuerda al hombre que es polvo, aunque amado y creado por el amor de Dios con capacidad para reconocer la Voz y responder, aunque también capaz de desobedecer y ceder al orgullo y la autosuficiencia.

"Así pues, la Cuaresma es una oportunidad para "volver a ser" cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de progreso en el conocimiento y en el amor de Cristo. La conversión no se realiza de una vez para siempre, sino que es un proceso, es un camino de cada día, que debe abrazar toda nuestra existencia", subrayaron los prelados.

Monseñor Polti y monseñor Torrado Mosconi invitaron a comenzar confiados este itinerario cuaresmal con un mayor empeño en la conversión, en la intensificación de la escucha de la Palabra de Dios, en la oración y en la penitencia. También notaron importante "reflexionar sobre las relaciones con el Padre Celestial y restablecer el orden que debe reinar entre hermanos y hermanas".

Los pastores diocesanos llamaron la atención sobre la mentalidad "particularmente sensible a las tentaciones del egoísmo" y la cultura "de lo efímero y lo hedonístico". También fustigaron la búsqueda desmedida del provecho y la acumulación de bienes e hicieron un llamado a laborar por el bien común. "Apelando a los creyentes y a todos los hombres de buena voluntad, quisiéramos reafirmar un principio en sí mismo obvio aunque frecuentemente incumplido: es necesario buscar no el bien de un círculo privilegiado de pocos, sino la mejoría de las condiciones de vida de todos".

"Que María, nuestra guía en el camino cuaresmal, nos conduzca a un conocimiento cada vez más profundo de Cristo, muerto y resucitado, nos ayude en el combate espiritual contra el pecado y nos sostenga al invocar con fuerza: Conviértenos a Ti, oh Dios, nuestra salvación", imploraron.+

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