Martes 23 de abril de 2024

Llamados a proclamar el evangelio en la fiesta de Sumampa

  • 25 de noviembre, 2013
  • Sumampa (Santiago del Estero)
Una multitud participó de la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, oportunidad en la que el obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti, exhortó a los jóvenes a ser misioneros de la palabra de Dios, y señaló que "el Señor los necesita". De manera especial, monseñor Polti se dirigió a los laicos: "El porvenir de la obra del Evangelio pasa también a través de ustedes", afirmó.
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Una multitud participó de la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, oportunidad en la que el obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti, exhortó a los jóvenes a ser misioneros de la palabra de Dios, y señaló que "el Señor los necesita".

Al iniciar su homilía, Polti recordó el final del Año de la Fe, y señaló: "Este día es para nosotros una nueva ocasión de renovar y reavivar nuestra fe. Lo hacemos de la mano de María, a la que hoy todos le decimos, al venerar esta bendita imagen de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa".

"Cada uno de nosotros, y nuestra Iglesia entera hemos de vivir también intensamente esta misión de servicio y de anuncio de Jesucristo al mundo. Y hacerlo con el estilo decidido y servicial de María", recalcó.

Asimismo, afirmó que Jesús "estaba a punto de sellar su amor por el hombre, por cada uno de nosotros con el sacrificio más grande que se puede dar, ofreciendo su vida por la humanidad.

El sacrificio de la Cruz, la entrega de la propia vida, corresponde también a este sencillo pueblo de Santiago del Estero, por quien deseo testimoniar mi aprecio por los valores encarnados en la gran mayoría de sus hombres y mujeres: su esfuerzo, su paciencia, su mansedumbre, su alegría y su fidelidad a su tierra en medio de una naturaleza a veces áspera y difícil".

Paralelamente, el prelado destacó que se siente muy unido a los fieles "en el gran desafío por lograr que toda la comunidad santiagueña, descubra cada día más los tesoros de paz y felicidad que se encierran en la persona de Cristo y en su mensaje de salvación".

"Sin embargo -añadió- es necesario reconocer que para llevar a cabo esta tarea evangelizadora se necesitan en esta tierra más sacerdotes, fieles ministros de Jesucristo, que guíen a sus comunidades como buenos pastores". Luego, realizó una exhortación a los jóvenes santiagueños: "¡Si el Señor los llama a servirle en el sacerdocio o en la vida religiosa, reciban su llamada, ¡el Señor los necesita!".

Monsseñor Polti recordó a los jóvenes que desde de la reciente Jornada Mundial de la Juventud fueron enviados por el Papa Francisco a ser apóstoles de los jóvenes: "¡Es la hora de ustedes! No la dejen pasar. Ustedes padres sean misioneros en la propia familia, porque la familia es el elemento clave en la formación de una persona y de sus actitudes hacia la sociedad".

De manera especial, monseñor Polti se dirigió a los laicos: "El porvenir de la obra del Evangelio pasa también a través de ustedes", afirmó.

"¡Ninguno puede sentirse excluido! -exclamó-. No tenemos derecho a quedarnos acariciándonos el alma... tenemos que salir a contar que, desde hace 2.000 años hubo un hombre que quiso reeditar el paraíso terrenal, y vino para eso".

Mons. Polti añadió: "Cristianos, o sea, misioneros. La imagen del cristiano que va a misa, cree en los dogmas de fe y cumple con los mandamientos, es incompleta. Porque ser cristiano es tener una misión y realizarla con celo y ardor en los quehaceres de la vida y en la amplísima variedad de tareas eclesiales hoy existentes".

El obispo diocesano sostuvo que quien ama a Cristo no duda de que la mejor manera de expresarle amor es mediante el espíritu misionero: "Significa tener conciencia viva de ser enviado. Misionar no es únicamente marchar a un lugar lejano a predicar la fe y el estilo de vida de Cristo, es también una tarea que se lleva a cabo en el barrio, en las plazas de la ciudad e incluso entre las paredes del propio hogar".

Mons. Polti recalcó que la misión "puede más que el miedo" y parafraseó a Juan Pablo II: "No tengan miedo de ser misioneros. Porque, a decir verdad, algunas veces nos paraliza el temor, el qué pensarán y el qué dirán. Es humano sentir miedo, pero la misión ha de superar y sobrepasar nuestros temores".

"El futbolista no tiene miedo de hablar de fútbol, ni el médico o el maestro de hablar de su profesión. ¿Debemos tener miedo los cristianos de hablar de Cristo: su persona, su vida, su verdad, su amor, su misterio? La fe y la misión comienzan en el corazón, eso es verdad, pero han de terminar en los hechos y en los labios. Todos hemos de vencer cualquier muestra de miedo. Los adultos a veces llaman al miedo prudencia. Los jóvenes, no quieren creerse seres de otro planeta entre sus pares", afirmó.+